El principal motivo por el que los usuarios no cuidan su privacidad en las redes sociales es porque no son conscientes del valor que tiene su información. Es fácil pensar en una caja fuerte porque entendemos el valor que tienen los objetos guardados. Es obvio cerrar la puerta de casa con llave o guardar el dinero en el banco para que esté protegido.

Pero, cuando se habla de proteger la información, se escuchan respuestas como: "¿A quién le van a interesar mis fotos?"; "¿Qué importa que Facebook use mis datos, si usa los de todo el mundo?". Y la pregunta es ¿las redes sociales son gratis?". Lo primero es pensar que sí. Pero es que no. ¿No le estamos dando a las redes sociales toda nuestra información? ¿A cambio de qué?

Estas grandes empresas son millonarias gracias a nuestros datos. Saben qué nos gusta, quiénes son nuestros amigos, nuestra familia. Dónde vamos de vacaciones, dónde estudiamos o trabajamos. Analizan esta información para mostrarnos publicidad, productos y servicios que saben que son de nuestro interés.

¿Cuánto valen estos datos para una acción publicitaria o para una campaña política? Muchísimo. El conocimiento es poder, y ser consciente del valor que tiene su información es el primer paso para comenzar a protegerla. Con pensar antes de hacer un clic y dar una autorización es suficiente. La responsabilidad es nuestra.