El presidente Hugo Chávez inició ayer un viaje a Quito para asistir a la conmemoración de los 187 años de la Batalla de Pichincha, que selló la independencia de Ecuador, en el que aprovechará su estancia para abordar la relación bilateral de ambos países con su colega ecuatoriano Rafael Correa.

Chávez avanzó el viaje en un acto de entrega de tierras a campesinos en su estado natal de Barinas el pasado viernes, en el que dijo: "El sábado estaremos saliendo para Ecuador, cerca del mediodía, para la reunión trimestral con el presidente Correa".

Por su parte, Correa destacó la visita de dos días que hace su homólogo venezolano a Quito, con quien pasará revista a diferentes proyectos de cooperación que han sido beneficiosos para su país.

Correa, en su habitual informe de los sábados, recordó que con Chávez, desde hace dos años, idearon un mecanismo de reuniones trimestrales para evaluar la marcha de los proyectos y convenios conjuntos, por lo que se intercalan visitas mutuas.

"Esa es la mejor idea que se nos ha ocurrido" para verificar que los acuerdos se cumplan, añadió Correa, al justificar ese mecanismo, "porque si no, las cosas no avanzan".

No obstante, el mandatario ecuatoriano reconoció que, pese a los controles directos que hacen los dos gobernantes, hay "problemas. No se pueden cambiar las cosas de la noche a la mañana, la burocracia es difícil de cambiar", apostilló.

Pese a los retrasos por la lentitud burocrática, "hay grandes logros" obtenidos en la fluida relación con Venezuela, agregó Correa, tras hacer una pequeña evaluación de los grandes proyectos energéticos que llevan adelante los dos países.

Correa recordó que la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, ha instalado una torre de perforación en la isla Puná, en el Golfo de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador, para explorar gas natural.

Esa operación será verificada hoy mismo por los dos gobernantes, mediante un enlace por satélite con el campamento de PDVSA en la isla Puná.

Correa destacó que la exploración de gas en el golfo de Guayaquil se hará "después de casi treinta años de estancamiento" del proyecto.

Además, indicó que "existen altísimas probabilidades de encontrar gas natural, que es mucho más barato y mucho menos nocivo con el medio ambiente, que el gas licuado de petróleo".

Si se descubre gas natural, ese producto podría "alimentar nuestras plantas" eléctricas, que actualmente requieren de la importación de diésel para funcionar, añadió el presidente, tras indicar que si se descubren los yacimientos en Puná, su explotación también podría dirigirse al transporte público.