Venezuela y Colombia se enfrentan a una nueva escalada de tensión diplomática tras la detención temporal de 41 colombianos, entre ellos un funcionario consular, dijeron ayer analistas locales, aunque portavoces oficialistas venezolanos calificaron el hecho como una simple "incidencia".

Los colombianos fueron detenidos el domingo por la tarde, mientras renovaban documentos en una oficina móvil del Consulado de Colombia en la barriada popular de Catia, y liberados la noche del domingo (madrugada de ayer en Canarias), dijo la cónsul colombiana en Caracas, María Elvira Cabello.

La actuación consular se realizaba sin un permiso que emite el Ministerio del Interior y Justicia venezolano, alegó la Policía del municipio de Libertador, uno de los cinco que integran Caracas y único en manos del oficialismo.

A juicio del analista de internacional venezolano Carlos Romero, la "detención preventiva" de los colombianos "se incluye en el contexto general de deterioro" de las relaciones bilaterales, que el presidente Chávez metió en el congelador el 28 de julio. Esa fue la respuesta de Caracas a las denuncias "irresponsables" de Colombia sobre el presunto desvío de armas venezolanas hacia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Chávez añadió que con esas denuncias Bogotá buscaba evitar que se rebelara contra los nuevos acuerdos militares entre Colombia y EEUU, que considera una "amenaza" para su "revolución" bolivariana.

La detención temporal de los colombianos sólo incrementa "aún más el distanciamiento" entre Caracas y Bogotá, y demuestra "cómo se está deteriorando la vida cotidiana" de los ciudadanos de los dos países, que comparten 2.219 kilómetros de frontera terrestre, dijo Romero.

El vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN), Saúl Ortega, calificó como una "incidencia de orden público" la detención temporal de los colombianos.

"Fue una incidencia" y "no tiene nada que ver" con las recientes "decisiones del Alto Gobierno" de congelar las relaciones con Colombia, afirmó el diputado oficialista y miembro de la Comisión de Política Exterior de la AN.

Añadió que la celebración en la calle de actividades consulares "no es normal", y que, en todo caso, "toda actividad" que pretenda realizar "todo venezolano" o extranjero en los espacios públicos debe ser notificada y autorizada por las autoridades competentes.

La cónsul Cabello precisó que ya se establecieron los contactos diplomáticos para conocer y adoptar los "nuevos procedimientos" para llevar a cabo los llamados "consulados móviles", los cuales, aseveró, se venían desarrollando sin problemas durante los "cuatro años" que ejerce en Caracas.

El domingo, Chávez afirmó que era "imposible" recomponer las relaciones con el Gobierno de su co-lega colombiano, Álvaro Uribe, al que acusó de exhibir un "cinismo sin límites" al proponer esa posibilidad públicamente el viernes.

Achacó la nueva crisis bilateral a la "política imperial" que desarrolla EEUU en su presunto empeño de "dividir" a la región, y que habría encontrado en Uribe un aliado perfecto.

Reunión de Unasur

A juicio del internacionalista venezolano, "la posición cerrada" de Chávez frente a Colombia es una señal "negativa" ante la reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Esa cumbre fue convocada para el próximo 28 de julio en la localidad argentina de Bariloche, para analizar el impacto en la región de los nuevos acuerdos militares de Colombia y EEUU

Chávez reiteró este domingo que el nuevo pacto castrense que han acordado Bogotá y Washington, y que incluye el uso por parte de militares estadounidenses de siete bases en Colombia, forma parte de la "estrategia" del imperio para "recomponer sus fuerzas y garantizar su dominio" de la región.

Insistió en que tiene en su poder un documento militar estadounidense, que le facilitó el líder cubano Fidel Castro, que daría cuenta de ese propósito y que lo presentará en la cumbre de la Unasur para "desenmascarar la maniobra".

El primer objetivo de esa "maniobra", dijo, es Venezuela, porque EEUU quiere recuperar el control de su riqueza petrolera, la mayor del mundo, con 314.000 millones de barriles de crudo, el cual habría perdido con la llegada de la "revolución" bolivariana.