Los funcionarios de Venezuela trabajarán a partir de mañana sólo cinco horas diarias, de 08.00 a 13.00 horas locales (12.30 a 17.30 GMT), para ayudar al ahorro eléctrico debido a un grave déficit de generación.

La medida fue anunciada el viernes por Chávez durante una reunión del gabinete ministerial e inicialmente pasó desapercibida, debido a que, paralelamente a este anuncio, anunció una drástica devaluación y denunció una nueva violación del espacio aéreo nacional por aviones estadounidenses.

"Sólo en Caracas, lograremos ahorrar cerca de 187 megavatios; ésta es una de las varias medidas que hemos aprobado" para afrontar la crisis, entre ellas la creación de "un incentivo" a las familias que disminuyan su consumo eléctrico, que en algunos casos llegaría a la condonación de buena parte de la factura mensual, señaló.

El promedio del consumo familiar, detalló Chávez, alcanza entre los 500 y 600 kilovatios/hora, a un coste de unos 200 bolívares (64 euros).

"Aquellos que bajen el consumo en un porcentaje significativo les eliminaremos buena parte de la tarifa" eléctrica, dijo, tras reiterar que un "consumo irresponsable", una sequía y otros factores han colocado en "zona de alarma" la generación hidroeléctrica.

"Es una necesidad y una obligación para todos los venezolanos contribuir" al ahorro energético, por lo que si el racionamiento en marcha desde el 1 de enero no se cumple y continúa alumbrado el sector donde el servicio debió suspenderse, "espere 10 minutos y salga a protestar, o apague usted la luz", requirió Chávez.

Las centrales hidroeléctricas que abastecen casi el 90% del consumo nacional funcionan con las aguas del río Caroní, en el estado Bolívar (sureste), cuyas represas registran casi diez metros por debajo de sus niveles normales.

La Administración de Chávez ordenó a las industrias pesadas y ligeras, centros o locales comerciales y centros residenciales a elaborar un plan obligatorio de reducción del consumo, al menos de un 20% en relación a cada mes del año anterior.

El Gobierno debió flexibilizar esta semana una impopular medida que restringía el consumo de electricidad en los centros comerciales, lo que dejaba inactivos salas de cines, bancos, restaurantes y afectaba el empleo en el sector.

Portavoces de la oposición afirman que la crisis eléctrica es una muestra de la supuesta ineficacia del Gobierno, que en once años no habría llevado a cabo los planes e inversiones necesarios en el sector.