El Gobierno de Venezuela se incautó este jueves de once torres petroleras pertenecientes a la compañía estadounidense Helmerich & Payne, que detuvo sus operaciones en el país latinoamericano el pasado año.

"En este momento (...) el Estado venezolano, a través de sus distintos órganos competentes, está tomando el control de esta empresa de taladros (torres de extracción)", dijo el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, en el acto durante el que se procedió a la toma de la empresa norteamericana, en el municipio de Anaco, estado de Aznoátegui (este).

Ramírez, que también es presidente de la compañía estatal de petróleos PDVSA, criticó a los dirigentes de la petrolera estadounidense porque, dijo, "prefirieron cerrar sus operaciones y dejar en sus instalaciones once taladros que necesitamos" de producción de petróleo.

"¡El Estado Revolucionario ha tomado el control de nuestra industria en beneficio de nuestro pueblo y nadie nos detendrá en este propósito!", exclamó el ministro en un discurso pronunciado ante centenares de personas y retransmitido por la cadena estatal VTV.

"Hoy podemos afirmar categóricamente que el pueblo venezolano es dueño y propietario de su industria y que el Estado Revolucionario está, ahora sí, colocando la renta petrolera, el producto de la explotación del petróleo, al servicio de nuestro pueblo", resaltó Ramírez.

La expropiación se produjo después de que la Asamblea Nacional venezolana declarase públicas las once torres petroleras. Además, el órgano legislativo ordenó que los cerca de 600 trabajadores de Helmerich & Payne pasen a ser empleados de PDVSA.

El año pasado, PDVSA renegoció las tarifas de extracción con 32 compañías, 18 extranjeras y 14 nacionales, que controlan las operaciones de 155 torres en todo el país. Solamente una, Helmerich & Payne --que adeuda 43 millones de dólares a Venezuela--, se negó a llegar a un acuerdo" según un comunicado emitido la semana pasada por la petrolera estatal venezolana.