El arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa, declinó ayer la invitación para asistir hoy a la Asamblea Nacional (Parlamento) con el fin de argumentar sus críticas al Gobierno de Chávez, y propuso un "diálogo sereno y respetuoso". "Dado el ambiente caldeado que caracterizó el debate realizado en la sesión de la Asamblea del 13 de julio, respetuosa y cortésmente la declino, pues no están dadas las condiciones de serenidad necesarias para un diálogo provechoso", señaló Urosa en un comunicado.

No obstante, pidió "un mecanismo de diálogo sereno y respetuoso" entre diputados de la AN, de mayoría oficialista, y miembros del episcopado venezolano, para el cual propone "un espacio institucional fijado de común acuerdo, donde haya condiciones de serenidad" y respeto mutuo.

Pero minutos después de darse a conocer el comunicado del arzobispo, la presidenta de la AN, Cilia Flores, tildó de "excusa" la renuncia a acudir por parte del cardenal y reiteró que "está invitado muy cordialmente, le garantizamos toda la seguridad y el respeto debido",

La polémica entre la jerarquía eclesial y el Gobierno surgió a principios de julio cuando Urosa dijo que el presidente Chávez infringe la Constitución al querer imponer una "dictadura comunista" en el país, y el gobernante le contestó que era un "troglodita" y un "indigno".

El domingo, Chávez arremetió de nuevo contra Urosa, al afirmar que detrás del "juego" del cardenal se encuentra el golpe de Estado, y advirtió con procesarlo judicialmente. Asimismo, Chávez solicitó el miércoles a su canciller, Nicolás Maduro, revisar el convenio mediante el cual el Estado venezolano concedió "ciertos privilegios" a la Iglesia católica sobre otras religiones para la financiación de obras sociales.

Por otra parte, el segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), el obispo Roberto Luckert, acusó ayer de "temeridad" al presidente Chávez, porque incluyó a los prelados en supuestos planes de golpe de Estado. Luckert dijo que el jefe del Estado "no logrará cazar una pelea" con la cúpula eclesiástica, cuyos miembros, añadió, ya están "acostumbrados a aguantar sus insultos".

Los obispos "estamos para apoyar (...) es una temeridad hablar de conspiración", pero como "para pelear hacen falta dos; él peleará solo", añadió Luckert.

"Nosotros como CEV no le vamos a responder, ciertamente el cardenal Jorge Urosa no le va a responder a los insultos y descalificaciones", dijo, y agregó que "no es de extrañar esta actitud del presidente de insultar a la Iglesia, y ya tenemos once años escuchando lo mismo".