La fragilidad del sistema eléctrico venezolano podría reeditar este año la crisis energética de 2010, imponiendo nuevamente impopulares recortes al suministro para particulares, comercio e industrias, un asunto que fue clave en la caída de la economía en ejercicios anteriores, según estimaron los expertos citados en la edición digital del diario El Universal de Caracas.

Según este periódico, el Gobierno venezolano había dado por superada la crisis de generación eléctrica tras las abundantes lluvias de fines de año, que aliviaron la situación crítica del Guri, la mayor represa del país que genera un 70% de la energía nacional y que estaba en niveles de emergencia debido a una sequía.

No obstante, los expertos están lejos de centrar el origen real del problema únicamente en la situación de la represa.

Un apagón de varios minutos que el jueves que dejó sin luz a la mayoría de los Estados del país activó las alarmas sobre la fragilidad de un sistema eléctrico incapaz de atender la demanda que en estos días, al inicio de la temporada de calor, disparó nuevamente el consumo.

Expertos consultados por El Universal coinciden en que el Gobierno del presidente Hugo Chávez no ha hecho las inversiones necesarias para fortalecer el sistema de generación, transmisión y distribución de energía -que se acercaría a los 20.000 millones de dólares-, que al operar más allá de su capacidad profundiza sus fallas y se hace cada día más frágil.

"La crisis en ningún momento se ha ido, solo se había atenuado por una menor demanda", afirmó el ingeniero en electricidad e investigador de la Universidad Simón Bolívar, José Aller, quien incide de esta forma en los problemas que se producirán en las épocas de mayor consumo energético.

Hace unos días, responsables del Gobierno habían anunciado un plan de ahorro energético para este año.

"Llamamos al consumo consciente y necesario de la energía eléctrica, que tiene limitaciones en su generación", declaró el vicepresidente Elías Jaua.

Según el ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, la demanda actual ronda los 16.000 megavatios (MW) sobre una oferta de casi 18.000 MW, cifra desestimada por expertos que señalan que esto no sería ni mucho menos cierto y que tanto la demanda como la oferta están casi igualadas en torno a los 16.000 megavatios de energía, lo que origina no pocos problemas para dar abasto a la demanda del país.

En 2010, el Gobierno había anunciado que sumaría 5.900 MW adicionales, sobre todo gracias a plantas termoeléctricas, y para 2011 prevé la instalación de otros 2.568 MW ayudado por acuerdos de cooperación con países como China, Colombia o Portugal.

"No hay holgura para absorber la demanda. Se trabaja sin respaldo, cualquier pestañeo hace que el sistema se venga abajo, tal como ocurrió el jueves", comentó el profesor de política energética de la Universidad Metropolitana de Caracas, Nelson Hernández.

Una mala gestión

"El Gobierno está entrampado energéticamente y acusa derroche de electricidad, pero el problema es más profundo", añadió Hernández, enumerando asuntos como falta de mantenimiento en las líneas de transmisión, mala gestión empresarial e incluso escasez de combustible para las centrales térmicas.

Según Aller, las plantas térmicas operan sólo a un 40% de su capacidad.

De acuerdo a este experto, Venezuela requiere con urgencia una inversión de unos 20.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para restaurar este sector, nacionalizado en 2007.