El presidente de Venezuela anunció ayer que la diputada Iris Varela, a la que llama "Fosforito" por la vehemencia con la que apoya al Gobierno y ataca a la oposición, será titular del nuevo Ministerio del Servicio Penitenciario.

"Voy a firmar hoy (ayer) el decreto de la creación de este nuevo ministerio, el del Servicio Penitenciario", dijo el gobernante en una llamada telefónica a un programa matutino de la televisión estatal en el que anunció que Varela ya ha aceptado su designación.

Esta nueva cartera, añadió Chávez, debe extender "redes con las madres, padres e hijos de los presos, allá donde viven, donde vive la mamá de este hombre que robó y que no tenía para comer, o que en un ataque de ira, una pasión, le dio un golpe a alguien".

Varela manifestó a su vez que estará "a la altura de las circunstancias" y calificó su nombramiento como "el reto más importante" de su vida.

Entre los episodios parlamentarios en los cuales Varela fue protagonista destaca una investigación que lideró en 2005 y que llevó a la comisión de Política de la Asamblea Nacional, integrada por 18 diputados opositores y partidarios de Chávez, a aprobar un informe que acusó al jefe de un gobierno regional entonces afín al Gobierno de formar "grupos de exterminio".

Crisis en las cárceles

El informe documentó más de un centenar de asesinatos y desapariciones de simples sospechosos de delitos y delincuentes sentenciados, supuestamente víctimas de esos grupos, organizados según la acusación, por el ahora exgobernador del estado Guárico Eduardo Manuitt.

El sistema penitenciario de Venezuela registró hasta mediados de julio la crisis más larga y masiva en un complejo carcelero próximo a Caracas donde un millar de presos resistió con armas de fuego y durante casi un mes un intento gubernamental por controlar el recinto con unos 5.000 soldados.

En la operación murieron dos militares y un preso, y 22 soldados fueron heridos.

Durante la crisis registrada en el complejo penitenciario compuesto por los penales El Rodeo I y II fallecieron doce reos en disputas internas y por enfermedades, aparte de que una fuga adicional dejó cuatro muertos, según el Gobierno.

Según la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), en 2010 murieron 476 reos y 958 resultaron heridos en las cárceles del país, que tienen una población reclusa oficial de 44.520 presos (46.888 según el OVP) y una capacidad para 14.500 en sus 34 centros.