La Fiscalía de Venezuela rechazó extraditar a Colombia al guerrillero Guillermo Torres Cueter, conocido como el "cantante" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), por considerar que Bogotá no ha presentado las pruebas en torno a los crímenes que se le imputan.

"El motivo de la solicitud de extradición es distinto a los delitos por los cuales se le está requiriendo. Entonces no nos remiten elementos de pruebas", explicó la fiscal general venezolana, Luisa Ortega Díaz.

Torres Cueter fue capturado en junio en el estado venezolano de Barinas (oeste), fronterizo con Colombia, en una operación conjunta con funcionarios de ambas naciones.

Desde entonces, Colombia ha pedido su extradición por los delitos de homicidio, secuestro y rebelión, pero los guerrilleros han emprendido una campaña para evitar cualquier intento de someter a la justicia a este miembro del Estado Mayor de las FARC alegando que padece una enfermedad terminal.

Ortega Díaz indicó que la solicitud de extradición presentada por el Gobierno de Colombia "no procede", pero aclaró que la última palabra la tendrá el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, de acuerdo a lo establecido por las leyes locales en torno a estos casos.

Petición de asilo

El Partido Comunista de Venezuela (PCV) y algunas organizaciones civiles solicitaron en agosto el asilo político para el "cantante de las FARC", lo que generó ciertas fricciones con el Ejecutivo de Hugo Chávez, a pesar de ser uno de los grupos políticos aliados a su gobierno.

El Gobierno de Juan Manuel Santos no se ha pronunciado aún sobre la decisión de la fiscal general venezolana, a la espera de que el presidente Chávez cumpla la promesa que ratificó el pasado noviembre de extraditar a "Julián Conrado" y a todos los rebeldes que sean capturados en territorio venezolano.

"Julián Conrado", actualmente detenido en el sótano de la Dirección de Inteligencia Militar en Caracas, era el más conocido de los compositores de la denominada "canción guerrillera fariana", pero detrás de su guitarra y su acordeón se escondía un perfil político.

El guerrillero de 57 años pertenecía al Estado Mayor de las FARC y en las fracasadas negociaciones en El Caguán -área otorgada por el Gobierno del expresidente Andrés Pastrana (1998-2002) para intentar alcanzar un proceso de paz y acabar con el conflicto armado colombiano- participó en la comisión temática del grupo guerrillero que organizaba las audiencias públicas en la desaparecida zona de distensión.