El candidato de la oposición a la Presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, inició ayer en Bogotá una gira internacional en la que además de buscar el apoyo de los exiliados pretende atraer aliados económicos y observadores para las elecciones generales del 7 de octubre.

"Quiero visitar Brasil y hay previsto un viaje a la Unión Europea", anunció Capriles en una rueda de prensa en la que manifestó su intención de establecer vínculos con naciones "con importancia económica".

Para Capriles, es muy importante reconquistar "el talento de los venezolanos que viven fuera" para que vuelvan a producir en su país, por lo que ayer se reunió en un hotel bogotano con centenares de compatriotas que en los últimos años decidieron mudarse a Colombia. "Si algo quiero es abrirle la puerta a los venezolanos y les doy un mensaje de esperanza", aseveró entre vítores que le aclamaban ya como "presidente" en un diálogo en el que los venezolanos preguntaban sobre su postura frente a la expropiación y a la política de hidrocarburos, entre otros asuntos.

Capriles prometió "no más expropiación", en medio de un aluvión de aplausos, agregó que estudiará "cada caso de expropiación por separado" y sostuvo que la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) seguirá siendo estatal "con menos presiones políticas".

En su gira internacional, que proseguirá en Brasil en una fecha no concretada, buscará también observadores electorales internacionales ante su certeza de que el Gobierno venezolano "no va a actuar con transparencia y honestidad".

Observadores

De este modo, el grupo de observadores internacionales se sumarían a otro conformado por representantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), organismo que ayer anunció que sopesará asistir al proceso electoral venezolano.

En los próximos cinco meses de campaña restantes el candidato opositor planea proyectar las relaciones internacionales que tendrá Venezuela si es elegido y prometió "no romper relaciones con ningún país" porque las relaciones entre naciones pertenecen a los pueblos y no "a la camaradería entre jefes de Estado".

Por este motivo descartó desconocer los acuerdos "bien suscritos" con socios que no pueden ser desestimada, como China.

Sin embargo, fue tajante al asegurar que no "regalará petróleo", y resaltó que al menos 400.000 barriles de crudo diariamente llegan a China, de los 2,4 millones de barriles diarios que se estima se producen en Venezuela.

De ser elegido, anunció cambios en la política exterior y prometió que su país regresará a la Comunidad Andina (CAN) porque es un "estado natural de integración" que puede servir de puente para establecer negocios con Mercosur y dejar de ser netamente importador para pasar a ser también exportador. Se refirió así a la decisión de Chávez de abandonar la CAN en 2006, cuando tuvo discrepancias con Perú y Colombia que entonces negociaban Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos.