El Gobierno venezolano confirmó ayer la muerte de una persona que aparentemente fue alcanzada por una bala perdida disparada desde la cárcel de La Planta en Caracas, que se mantiene amotinada hace varios días debido a un plan de traslados.

La ministra para el Sistema Penitenciario, Iris Varela, expresó su "consternación" por la muerte el pasado martes de un "señor inocente" que estaba en su casa "con otro joven que también salió lesionado por estos hechos".

"Nosotros lamentamos y rechazamos esa actitud violenta de parte un grupito que incluso mantiene también en situación de represión a sus propios compañeros de prisión; por eso que aquí hay mucho que reflexionar", agregó en declaraciones al canal estatal de televisión.

Medios locales identificaron al fallecido como Henry Molina, de 48 años, vecino de El Paraíso en Caracas, donde se encuentra la penitenciaría que las autoridades están tratando de cerrar por no contar con las condiciones necesarias para albergar presos.

La muerte se produjo como consecuencia de un disparo que salió en el medio de un tiroteo con que los reos respondieron a los intentos de las autoridades de proceder con los traslados.

La Planta se encuentra en una situación crítica desde hace varios días debido al plan de traslados, que el Gobierno asegura que es voluntario y al que se niegan algunos familiares y presos, según ha informado el Gobierno.

"Esperamos que en los próximos días este problema esté resuelto", sentenció Varela.

El sistema penitenciario venezolano se encuentra en una situación crítica, según organizaciones no gubernamentales que trabajan en ese ámbito.

Durante 2011 se registraron al menos 560 muertos y 1.457 heridos se registraron en las 35 prisiones del país, según la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), que ha denunciado un hacinamiento del 360% en el sistema carcelario del país.