El futuro del ciclotrón -una acelerador de partículas que facilita el diagnóstico patologías tan graves como el cáncer y del que no dispone ningún hospital del Archipiélago- es una incógnita, puesto que ni el Cabildo de Tenerife ni la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias aclaran cuándo podrá entrar en funcionamiento, después de que ya acumule más de seis meses de retraso sobre la fecha prevista de apertura.

Si bien desde Sanidad se guardan las espaldas aclarando que el Servicio Canario de Salud nada tiene que ver con la compra de este aparato, lo cierto es que su participación social en el Instituto Médico de Tenerife (Imetisa) -quien adquirió el ciclotrón- es del 10% y, además, adeuda a la misma un importe de más de tres millones de euros.

El origen de esta deuda radica en que la Consejería de Sanidad se ha retrasado en el pago de docenas de resonancias magnéticas realizadas por Imetisa con cargo al Servicio Canario de Salud (SCS) durante los tres últimos meses del año pasado y, hasta que no se ponga al día en los pagos, la empresa pública no podrá hacer lo propio con la constructora del ciclotrón, que es una UTE.

Aunque desde el Cabildo de Tenerife ningún representante del equipo de gobierno ni ningún técnico se han pronunciado estos días al respecto -pese a la solicitud de información de este periódico-, a finales del pasado año el propio vicepresidente de la institución insular, el socialista Aurelio Abreu, fue el que dio a conocer que Imetisa no tenía los 800.000 euros necesarios para culminar la última fase del ciclotrón y lo vinculó directamente con los impagos por parte de la Consejería de Sanidad.

El contrato de compra del ciclotrón se formalizó en febrero de 2011, siendo la adjudicataria UTE Abside-Iba y el comprador el Instituto Médico Tinerfeño (Imetisa).

Aunque inicialmente el coste del aparato y de la obra necesaria en los sótanos del Hospital Universitario de Canarias (HUC) para permitir su ubicación era de 3,24 millones de euros, finalmente el pliego de condiciones se fijó con un importe de 2,97 millones de euros, a la que habría que descontar el ahorro fiscal obtenido con cargo a las dotaciones que hizo en los años anteriores al Fondo de Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) dicha empresa pública.

En aquel momento se estableció un tiempo máximo de ejecución de 18 meses con el compromiso de rebajarlo en la medida de lo posible, de tal manera que el ciclotrón debía de estar operativo a más tardar en septiembre de 2012.

A mediados de febrero del año pasado, el actual vicepresidente del Cabildo de Tenerife, Aurelio Abreu, visitó los sótanos del HUC, donde se estaban desarrollando las obras de instalación del ciclotrón y se mostró "satisfecho" y "optimista" con el estado de los trabajos, manteniendo la fecha prevista de funcionamiento, e insistiendo en que "la prioridad es que el ciclotrón esté en funcionamiento y dando servicio a los ciudadanos lo antes posible".

Todo indica que en los próximos días será precisamente Abreu el que se reunirá con el SCS para desbloquear el pago de la deuda.

Tecnología clave para el diagnóstico del cancer

El ciclotrón es un acelerador de partículas que produce fármacos radioactivos que si se le suministran a los pacientes permiten diagnosticar enfermedades oncológicas, cardiovasculares y neurológicas a través de un cámara PET-TAC.

El problema es que este tipo de radiofármacos pierden su actividad en muy poco tiempo y deja de ser efectivo en menos de 30 minutos, por lo que la principal ventaja de que este aparato se ubicase en el HUC es que se podrían administrar al paciente inmediatamente nada más ser sintetizados en el laboratorio y lo mismo sucedería en el hospital Doctor Negrín de Gran Canaria, puesto que dejaría de depender de los suministros de isótopos que deben llegar puntualmente desde la Península para garantizar la atención de los pacientes.