El actor Jeremy Irons trasladó hoy a la Berlinale el espíritu de la revolución portuguesa con la película "Night train to Lisbon", en la que él mismo ha asegurado que aparece el "héroe revolucionario que yo hubiese querido ser" y que "se precisa ahora en Europa".

"Mi figura no es la del héroe, sino la del ser anodino que deja de serlo en cuanto se pone sobre los pasos del héroe que admira", explicó el actor, quien acudió al festival al frente del equipo de ese filme, dirigido por Bille August.

Basado en el superventas de Pascal Mercier, Irons interpreta al melancólico profesor de latín de Berna que un buen día salva del suicidio a una muchacha, a punto de saltar al río.

En cuestión de horas coge un tren nocturno en dirección a Lisboa con el billete encontrado en un libro de la chica y emprende un drástico cambio en su metódica vida, ignorando las llamadas a su móvil del director de su instituto.

"Es la historia de una búsqueda. La del aburrido profesor de latín que de pronto deja de ser el hombre que nunca hizo nada extraordinario para salir en busca del autor del libro y, por extensión, de sí mismo", apuntó el director.

La melancolía existencial del maestro queda envuelta en la melancolía portuguesa, en un filme poblado de secundarios de lujo como Christopher Lee, tan draculiano como siempre, Charlotte Rampling, convertida en una anciana, y Bruno Ganz.

Vivirá así su propia historia de amor con la óptica (Martina Gedek) que le arregla las gafas rotas, mientras anda por las empinadas calles de Lisboa. Y será ella también quien le acercará a los personajes de la resistencia, durante la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar.

"No es en sí mismo un filme sobre la revolución portuguesa, sino sobre el estado de ánimo de ese personaje en busca de su identidad, enmarcado en el mundo cambiante de esa dictadura que empieza a agonizar", sostuvo August.

Irons se presentó ante los medios con un "look" bastante distinto al de su aburrido profesor -cazadora estilo aviador y unas curiosas botas, como si acabase de aterrizar en Berlín pilotando su propio Cesna.

"No soy un héroe revolucionario, pero tampoco un profesor aburrido", ironizó, mientras coqueteaba con su compañera de reparto, la alemana Gedek, y respondía que, de pedírselo ella, se quedaría a vivir en Lisboa, cuestión ante la que duda su personaje del filme.

Con "Night train to Lisbon" en la sección oficial aunque fuera de concurso, regresó a la Berlinale August, quien en 2007 sí compitió con "Goodbye Bafana".

El filme compartió jornada con la comedia estadounidense "Prince Avalanche", dirigida por David Gordon Green, y con "Epizoda u Zivotu Beraca Zeljeza" ("An Episode in the life of an Iron Picker"), dirigida por Danis Tanovic y centrada en la exclusión social de los gitanos en Bosnia Herzegovina.