Los alergólogos recomiendan a los pacientes alérgicos que tomen medidas de "autocontrol" para prevenir, ante la llegada de la primavera, un empeoramiento de estas patologías, que afectan a entre un 30 y un 40 por ciento de la población.

"La primavera es sinónimo de buen tiempo incluso para los pacientes alérgicos" ha afirmado hoy en rueda de prensa el jefe del servicio de alergología del Hospital de la Candelaria, José Carlos García Robaina, quién, junto con el también especialista, Juan Antonio Martínez Tadeo, ha manifestado que ante la llegada de la primavera, los alérgicos "no deben tener miedo" sin toman las medidas preventivas adecuadas.

García Robaina ha indicado que con la toma de medidas preventivas se evitarán los brotes agudos de la enfermedad aunque ha recordado que en Canarias los pólenes no son la primera causa de alergias, tal y como ocurre en la Península, si no los ácaros del polvo.

Aunque ha aclarado que las previsiones del tiempo pueden variar, el haber tenido un otoño lluvioso, hace pensar que la primavera puede ser florida, húmeda y con mayor densidad de pólenes, preferentemente del tipo de paritaria y artemisa, que son los de mayor presencia en las islas.

El especialista ha indicado que Canarias reúne unas características, como el clima o el ser islas, que hacen que la prevalencia de las alergias sea superior que en otros puntos y ha explicado que aunque la más frecuente y diagnosticada es a los ácaros, los pacientes que la tienen suelen tener mayor susceptibilidad a sufrir otras alergias como a los pólenes.

Esta mayor prevalencia de los síntomas alérgicos puede aumentar en las próximas décadas, dijo el alergólogo, quién subrayó que no se puede determinar una causa concreta que determine por qué en Canarias se da esta situación.

Martínez Tadeo ha indicado que las alergias es la respuesta del sistema inmunitario frente a sus sustancias que para la mayoría de las personas son inocuas y ha añadido que las más frecuentes son la rinitis alérgica, el asma y la dermatitis atópica.

La rinitis alérgica es la que presentan un mayor número de pacientes y su tratamiento, explicaron los médicos, consiste en antiestamínicos o spray nasales mientras que el asma, cuyos síntomas son la tos, la dificultad para respirar y el pitido en el pecho, se trata con broncodilatadores y con corticoides inhalados.

Los alergólogos defendieron el uso de estos últimos y, según ha indicó Martínez Tadeo, su utilización evita un brote agudo de asma.

Para tratar la dermatitis atópica, que es otra de las patologías alérgicas que se produce al sufrir el paciente una alteración de las barreras de la piel, los médicos aconsejan como la mejor medida la hidratación de la piel.

García Robaina ha indicado que se ha producido una gran evolución en el tratamiento de las alergias, lo que ha permitido un mayor control de la enfermedad al tiempo que ha argumentado que la lista de espera en estos servicios se ha reducido y se ha adecuado a la patología que presenta cada paciente.

Un paciente con síntomas graves no espera, ha asegurado el jefe de servicio de la Candelaria, quién ha puntualizado que el camino correcto de una persona que cree que presenta algún síntoma alérgico es ir a su médico de familia y es este especialista el que pone el tratamiento y decide, en función de la patología de cada paciente, si lo deriva al alergólogo.

Las alergias no se curan, pero si hay medidas que mejoran la calidad de vida, han insistido los especialistas.