El escritor Andreu Martín, ganador del XXXI Premi Sant Joan con "Cabaret Pompeya" considera que la novela negra "es el género ideal para analizar la crisis", lo fue en los Estados Unidos en los años treinta y lo es ahora en Europa.

Martín (Barcelona, 1949), que se encuentra en Andalucía para presentar su obra, ha asegurado en una entrevista que la novela negra "hace un análisis de la sociedad actual desde el punto de vista de la justicia" y "de la seguridad personal".

"En tiempos de crisis es cuando más inseguros nos sentimos; la crisis afecta a todos, la gente ni siquiera admite que tiene la gripe y no se quiere poner enferma para no perder el empleo, y la novela negra tiene mucho que ver con esa inseguridad, es un género que analiza ese entorno de inseguridad", ha explicado el autor.

El último Festival de Novela Negra de Barcelona, en el que los escritores más representativos que participaron eran españoles, ha demostrado, según Martín, que la proliferación de este tipo de obras en España no obedece a una moda como, a su juicio, sucedió a final de los años setenta y primeros ochenta, sino que es un género que "se ha instaurado".

No obstante, Martín se ha declarado "ortodoxo y radical" a la hora de definir el género porque, ha matizado, "hay una tendencia a considerar que el género negro admite todo tipo de novela, hasta ''Edipo Rey'' o ''Crimen y Castigo'', que son dos títulos maravillosos pero no son novelas policiacas".

"Cabaret Pompeya" (Siruela) cuenta la historia de tres amigos que estrenan su juventud en los años veinte, en la Barcelona de los pistoleros, los atentados políticos y las consiguientes represalias, a cual más sangrienta, y cuyo argumento se extiende hasta la Guerra Civil y la posguerra.

"A toda esa iconografía del Chicago de los años veinte, en la Barcelona de la época se le añade y la ideología y la esperanza en el futuro; al menos uno de los dos bandos no actuaba para enriquecerse, sino por creer en un mundo mejor", según Martín.

El autor ha asegurado que la novela pretende ser también un homenaje a la generación de sus padres -su padre hizo tres años de mili en un Marruecos en Guerra, sirvió en la Guerra Civil, estuvo en dos campos de concentración, uno en Francia y otro en España-, una generación a la que, ha señalado, "se le puede aplicar el dicho de Churchill, porque no tuvo la suerte de vivir en tiempos aburridos".

Martín ha rememorado que tuvo un tío bandoneonista -un personaje de la novela toca en bandoneón en el Pompeya- y que le entregó sus memorias escritas para que él las transformara en una novela.

Aquel tío suyo era hijo del encargado del "Cabaret Pompeya", un "music hall" del Paralelo que existió realmente y que pasó a la historia por sufrir uno de los peores atentados de la época. "La bomba del Pompeya fue la bomba del Liceo de los pobres", ha recordado el autor.

Martín ha señalado que, como el Pompeya era lugar de reunión de obreros, finalmente se averiguó que la bomba la puso un confidente de la policía, el mismo que tres años más tarde disparó en la nuca del anarquista Salvador Seguí.

El encargado del Pompeya, antepasado del propio Martín, Crescencio Ramos, fue quien al día siguiente del atentado salió en la primera plana de los periódicos barceloneses contando cómo fue el estallido de la bomba.

"Cabaret Pompeya" es una obra que también propone una reflexión sobre la amistad, no sobre la amistad idealizada, según ha distinguido Martín, sino sobre otra "amistad más compleja", como la que hace que dos de los tres protagonistas de la novela salven la vida por ser amigos de un manipulador, de una persona que no es de fiar.