La crisis económica y los recortes han provocado en toda España un proceso casi generalizado de desinversión en políticas educativas. En Canarias su efecto ha sido aún peor al actuar sobre un panorama en el que el descenso del gasto público en esta materia era ya la tónica desde hace dos décadas.

No es que las cantidades que se destinan a la educación pública hayan disminuido en este periodo. En cifras absolutas, no han hecho más que crecer, salvo contadas excepciones, desde principios de los 90. Lo que sí ha caído es el peso de esta inversión en el conjunto del producto interior bruto (PIB) de las Islas, que es, al fin y al cabo, lo que refleja el esfuerzo financiero de las administraciones en lo que a la educación se refiere.

Así se desprende de los datos del Ministerio de Educación sobre el gasto público en estas políticas, que se refieren al año 2010 -el último del que hay referencias- e incluyen una serie que permite observar la evolución de este registro desde 1992. Entonces Canarias destinaba el 21% de su riqueza a la educación; hoy, esta proporción se ha reducido hasta el 0,16%, mientras que en 2009 alcanzaba el 0,17%.

Pero es que también el aumento de la inversión en cifras absolutas se ha quebrado, como era de esperar después de que, tras ejercicios de escaladas presupuestarias, el Gobierno autónomo bajara las cuentas educativas en 2010, en parte como consecuencia de la restricción de la financiación procedente del Estado.

Así, Canarias gastó 1,8 millones de euros en educación en 2009, mientras que el año siguiente la cifra era de 1,7 millones.

Pese al constante retroceso de la proporción del PIB destinado a políticas educativas, el Archipiélago no figura entre las comunidades autónomas que menos esfuerzo inversor dedican al sistema público de enseñanza. De hecho, se sitúa a la mitad de una tabla que encabeza Andalucía, con un 0,77% de su producto interior, y cierra La Rioja, con un 0,03%.

En estos dos casos se percibe, curiosamente, una relación inversamente proporcional entre inversión y resultados: la región del sur de España se encuentra entre las peores en cuanto al rendimiento de los alumnos y la riojana, entre las más destacadas.

Hasta 2009, Canarias era la única comunidad que había bajado su gasto educativo en una década -desde el año 2000, cuando todas las regiones asumieron las competencias en la materia. Como consecuencia de los recortes y los problemas financieros, otras cuatro la acompañan ahora: Asturias, Castilla y León y Galicia.

Desde 2000, la tendencia del conjunto de las autonomías españolas señala un incremento progresivo y del gasto educativo, solo interrumpido, precisamente, en el año 2010. Hasta 2009, la proporción había pasado del 3,60% al 4,22% del PIB, pero el último dato constata un retroceso hasta el 4,14%.

Por lo que respecta a la inversión del Ministerio, ha crecido desde el 0,17% al 0,29% del PIB nacional, aunque, una vez deducidas las transferencias a las comunidades autónomas, el porcentaje se queda en el 0,22%.