No es la primera vez que el libro pasa por etapas difíciles. Tiempo atrás sobrevivió al fuego totalitario y a las guerras. Ahora se enfrenta al avance de las tecnologías y a una crisis económica que amenaza con socavar los cimientos del sector. Pero su larga vida se prolongará mientras existan lectores. Con esta certeza se celebró ayer el Día Mundial del Libro, que en Tenerife volvió a desarrollarse, como es tradicional, sin coordinación institucional y con numerosos actos promovidos desde la Administración, las bibliotecas y las librerías.

Mientras los comercios ofrecían su habitual 10 por ciento de descuento a sus clientes, las sueltas de libros se producían en distintos municipios, entre ellos Santa Cruz de Tenerife, donde la Biblioteca Pública del Estado celebró una jornada de puertas abiertas a la que asistieron la consejera de Cultura, Inés Rojas y el director general de Cooperación y Patrimonio, Aurelio González. Rojas participó en un simulacro de "bookcrossing" en el aledaño parque La Granja, uno de los espacios públicos donde ayer se abandonaron libros para ser "encontrados" por lectores de paso.

Entretanto, la loable práctica del reparto gratuito de ejemplares se trasladaba al tranvía de Tenerife. "Leemos a Viera y Clavijo en el tranvía" es el lema bajo el cual se distribuyeron en diferentes puntos del trayecto textos del polígrafo realejero , al que este año se dedica la conmemoración de las Letras Canarias.

Viera también protagonizó otras celebraciones del Día del Libro, como la que ayer tuvo lugar en la Biblioteca Municipal de La Orotava, donde abrió sus puertas una exposición en la que se exhiben joyas bibliográficas y hemerográficas relacionados con el ilustrado tinerfeño.

Otra biblioteca municipal , la de Guía de Isora, decidió salir a la calle por una buena causa. Entre las once de la mañana y las seis de la tarde, sus responsables abrieron un mercadillo benéfico de libros de segunda mano, cuya recaudación irá destinada al Banco Municipal de Alimentos, que a su vez colabora con las familias más necesitadas del municipio.

En el área metropolitana, el ayuntamiento de la capital renovó su proyecto "Santa Cruz, ciudad leída", en el que participarán quince autores isleños, mientras que en La Laguna la Universidad inauguró una exposición bibliográfica sobre la represión franquista en Canarias.

Si autores como Viera o Galdós canalizaron algunos de los actos organizados en la isla de Tenerife, en La Gomera el elegido fue Félix Casanova de Ayala, cuyos textos fueron recreados por alumnos de San Sebastián en un especial maratón de lectura.

Nueva edición de "Santa Cruz, ciudad leída"

El Organismo Autónomo de Cultura presentó ayer la segunda edición de "Santa Cruz, ciudad leída", iniciativa cuyo fin es promocionar la lectura y a los autores canarios, a la vez que propiciar las superposiciones imaginarias entre textos literarios y determinados espacios físicos.

En esta segunda edición del proyecto se han elegido fragmentos de quince novelas de diferentes autores de las islas. En los lugares en los que se desarrollan los pasajes de las historias referidas por dichos escritores se han instalado soportes en los que se han reproducido textos de sus obras.

Uno de estos enclaves, el situado en la parte baja de la plaza de la Candelaria frente al edificio Olympo, sirvió ayer de escenario para la presentación de "Santa Cruz, ciudad leída", acto que contó con la presencia de la presidenta del OAC, Clara Segura; el director general de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Aurelio González, y el presidente de la Asociación Canaria de Escritores, Cirilo Leal.

Con la selección de los autores se ha pretendido ofrecer distintos retratos literarios de la capital tinerfeña sin atender a un orden cronológico preciso, aunque algunos escritores ubican su relato a finales del XVIII (Gregorio Duque); la Guerra Civil y la postguerra (Luis Royo Iranzo y José Antonio Rial); la década de los cincuenta (Alfonso García-Ramos y Francisco Pimentel), los sesenta, setenta y ochenta (José Rivero Vivas, Daniel Duque, Juan Cruz, Roberto Cabrera y Jaime Mir), así como los noventa y la primera década del siglo XXI (Víctor Álamo de la Rosa, JR Ramallo, Jesús Castellano, Javier Hernández Velázquez y Marcelino Rodríguez Marichal).

Galdós en el Cedocam

El Centro de Documentación de Canarias y América, Cedocam, de Museos de Tenerife, ha escogido a Benito Pérez Galdós como núcleo de su programación. Desde ayer y hasta el próximo 23 de mayo se exhibe la muestra bibliográfica "Galdós: 170 años de su nacimiento", que abre sus puertas de 09:00 a 14:00 horas. La exposición dedicada al autor de "Marianela" incluye una selección de obras de los fondos modernos y antiguos del centro, así como primeras ediciones y documentos originales.

Perdidos y encontrados

Responsables municipales de El Sauzal llevaron ayer a cabo la III Suelta de Libros en el municipio con el objeto de animar y fomentar la lectura por el Día del Libro. A tal fin, el Consistorio sauzalero distribuyó un lote de 435 libros donados por los vecinos por diferentes puntos de la geografía local. Concretamente, se situaron en espacio públicos como los parques, miradores, la costa, centros culturales, plazas, paradas de taxis, entre otros; poniéndolos a disposición de cualquier persona que se interese por disfrutar del libro, llevárselo a casa y una vez leído, volver a dejarlo libre para que otros puedan hacer lo mismo.

Libros de reemplazo

En los años de bonanza, el Día del Libro era la fecha que el área de Cultura del Gobierno escogía para repartir entre la población ejemplares de una imaginaria "biblioteca breve" de autores canarios. En los últimos tiempos, esa iniciativa ha sido progresivamente sustituida por otra más barata, el "bookcrossing" o suelta de libros, importada de los países anglosajones. El reparto de textos quedó ayer limitado a la biblioteca rodante del tranvía, por la que "circularon" escritos de José de Viera y Clavijo.

El ejemplo isorano

Con el fin de ayudar a los más necesitados, la biblioteca de Guía de Isora puso a la venta, a un euro, más de 200 títulos provenientes de donaciones privadas o del expurgo de los fondos de la biblioteca pública. Además, en el mercadillo abierto se comercializaron varios libros publicados por la Biblioteca de Estudios Isoranos.