El próximo día 24 de mayo, el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife albergará la exposición PLÁSTICO, que firman los artistas canarios Cristóbal Tabares y Roberto Rodríguez, Ro.Ro.
Se trata de una amplia e interesante colección de obras, en su mayoría en gran formato, que plantean diversos elementos o espacios en los que los objetos de plástico son evidentes protagonistas del mundo que hemos creado.
Según la prestigiosa periodista y comisaria de exposiciones internacionales, Ana Domínguez-Siemens, “ambos artistas reúnen todas las cualidades para ser miembros notables del circuito artístico internacional, además de creadores con un talento muy consagrado desde hace tiempo, y que queda muy patente en las obras que han presentado para esta colección”.
En esta colección, los artistas adoptan al elemento plástico como metáfora de ellos mismos, y así lo explican: “A lo largo de la historia del arte son muchos los artistas que han trabajado sobre la representación del objeto como autorretrato, siempre mediante dispositivos que los caracterizan. Un ejemplo directo de ello es el artista Alberto García-Alix, quien ha recurrido en varias ocasiones al calzado como suplencia de su propia imagen. En el caso de nuestros artistas, el material (no tanto el objeto)
funciona como intercambio del susodicho autorretrato.Y el plástico no es más que la artificialidad por antonomasia, sorprendente y admirable al extrapolarlo como autocrítica por parte de los artistas”.
Ambos creadores, que participaron en el último calendario de FUENTEALTA donde se dieron citas importantes creadores del panorama cultural canario, tienen la facultad de suprimir la humanización y convertirla en meros objetos, articulando nuevos significados con una fuerte presencia social y cultural y provocando que estos nuevos registros desencadenen luchas internas en el espectador. Cuestionan la naturaleza física de los objetos, ¿natural o artificial? Al final lo natural acaba deslizándose hacia la artificialidad (nunca al revés).
Según apunta Adonay Bermúdez, comisario de la exposición, “como ya hiciera Marcel Duchamp con su famosa fuente (1917) o posteriormente Jasper Johns con las cervezas Ballentine (1960), Piero Manzoni con su polémica “Merda d’artista” (1961) o Andy Warhol con las cajas de detergente Brillo (1964), los artistas emplean objetos cotidianos y con cierta connotación vulgar y los elevan a entes artísticos aportándoles belleza; ya sean tupperweares, barbies o botes de champú (todos ellos con un fuerte
apego a la cultura popular). Bodegones, más bien altares, nacidos para el culto a un dios contemporáneo presente en todo elemento realizado en plástico. Y Cristóbal Tabares y Ro.Ro son los Papas (nunca papitos)”.
Además, apunta que “metemos en una coctelera una tonelada de irreverencia, unos cuantos Playmobils, unas gotitas de los assemblages de los años sesenta, provocación (pero de la pura, no de la impostada), humor e ironía a borbotones, acidez pictórica y unas tetitas siliconadas. Lo servimos en vaso grande y añadimos sombrilla y pajita (todo de plástico, claro está). El resultado es fuerte, con efervescencia y muy dulce, no hecho para paladares sensibles”.