La reprobación de la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Brígida Mendoza -solicitada por el Partido Popular-, no encontró ayer ningún apoyo en el resto de partidos políticos y se saldó con 50 votos en contra, 33 a favor y tres abstenciones, estas últimas correspondientes al Grupo Mixto.

Curiosamente, Mendoza estuvo más arropada que nunca, y a la presencia de todos los miembros del Gobierno (salvo el presidente y el vicepresidente) se sumó también la de más de 20 altos cargos de la Consejería como gerentes de hospitales y directores de áreas de Salud de varias islas que le mostraron su apoyo público desde la tribuna.

"Si presentamos esta reprobación es por razones de salud pública, porque somos portavoces de los ciudadanos, que están hartos y abandonados. Nunca antes había una preocupación mayor por la situación sanitaria en Canarias, y si eso es así es porque usted (dirigiéndose a Mendoza), con el apoyo del presidente Paulino Rivero, ha convertido la sanidad pública canaria en un bono basura debido a sus decisiones temerarias y arbitrarias", manifestó en su intervención el solicitante de la reprobación, el diputado "popular" Miguel Pérez Camacho.

Sin embargo, la propuesta no encontró apoyo ni en el Grupo Mixto, que consideraba más apropiada una moción de censura contra todo el Gobierno que la reprobación de la consejera de Sanidad en exclusiva, ni del Partido Socialista y Coalición Canaria, cuyos portavoces insistieron una y otra vez en que la política sanitaria es la mejor posible si se tiene en cuenta los recortes y normativas impuestas por el PP en todo del Estado.