Más de 7.600 alumnos con ceguera o discapacidad visual grave de todo el territorio estatal afrontan en estos días la vuelta a la actividad escolar y académica, un 99% de los cuales lo harán escolarizados en centros de enseñanza ordinarios, es decir, siguiendo el principio de la inclusión educativa.

Según la ONCE, un total de 7.609 alumnos con discapacidad visual grave recibirán esta atención educativa en el nuevo curso, de los cuales 7.531 están escolarizados en educación integrada en centros ordinarios (99%) y otros 78 (1%) en el Centro Escolar de la Organización, que da cobertura a todo el territorio del Estado.

De entre todos estos alumnos, un total de 822 (10,8%) se preparan en la Universidad para obtener los conocimientos y aptitudes que les cualifiquen para su posterior incorporación al mercado laboral.

En los demás niveles educativos, 1.556 escolares corresponden a Educación Infantil; 1.453 son de Educación Primaria; 902 están ya en la ESO; 271 cursan Bachillerato; 293, Formación Profesional; y 2.312 están inscritos en otro tipo de enseñanzas.

Según la ONCE, la inclusión de los niños con discapacidad visual en un ámbito educativo normalizado responde a la tendencia generalizada presente en la legislación vigente de crear un único sistema donde se integren todos, prevaleciendo siempre el derecho de cualquier alumno a recibir una atención educativa equitativa y de calidad, y respetando las necesidades específicas de cada uno de ellos.

Para ello, recuerda que los profesionales que componen los Equipos Específicos de Atención educativa a personas con discapacidad visual de esta institución --fruto de convenios de colaboración entre la ONCE y las Administraciones educativas--, trabajan intensamente para planificar el conjunto de intervenciones que van a llevar a cabo durante todo el curso escolar con el fin de facilitar a estos alumnos, sus profesores, centros y familias los recursos y la intervención que necesitan para su aprendizaje.

La ONCE detalla que este trabajo se desarrolla en consonancia con las Administraciones públicas responsables de Educación e indica que, para cada nuevo curso, los servicios de producción bibliográfica de la ONCE trabajan intensamente con el fin de que niños y jóvenes ciegos puedan llevar en sus mochilas los mismos libros que el resto de alumnos, pero transcritos al sistema braille.

Además, muchos de ellos cuentan con adaptaciones tecnológicas e informáticas facilitadas por la ONCE para seguir el curso: ordenadores que hablan; anotadores y calculadoras parlantes; impresoras en braille o lectores de pantalla.