La joven intérprete tinerfeña Raquel Martorell Dorta (Santa Cruz de Tenerife, 1985) estudia y vive en el extranjero desde que terminó sus estudios de grado superior de flauta en el Conservatorio Profesional de Santa Cruz de Tenerife con la calificación de cum laude.
A partir de entonces, las ansias de aprender y conocer más a fondo este instrumento la llevaron a París, donde realizó un master en flauta moderna y otro en piccolo, y allí permaneció hasta 2010, aunque ya empezó en 2009 a estudiar flauta barroca en el conservatorio de Amsterdam. Ahora compagina el máster que realiza sobre este instrumento con la enseñanza y sus actuaciones en diversas orquestas y ensambles en la capital holandesa.
“Tras acabar los estudios en Santa Cruz, hice un máster de flauta moderna en París y otro de piccolo. Me llamó mucho la atención la música antigua, por eso estuve yendo a Alemania con la flauta moderna y luego a Holanda con la flauta barroca”.
Esta joven políglota (habla español, inglés, francés y holandés), que sintió la llamada de la flauta cuando tenía ocho años de edad –“veía una orquesta y me parecía elegante tocar así”–, asegura que no le importaría regresar a su tierra y enseñar “lo que sabe”, además de tratar de constituir un ensamble de música barroca, porque asegura que “no existe ningún especialista de flauta barroca en Canarias. Hubo un intento de orquesta, pero no funcionó por diversos problemas, y además no tenía flauta. Muchos de los que tocaban en ella eran de la Sinfónica de Tenerife”.
Ella reconoce que le gustaría formar una orquesta barroca en Canarias, “porque es mi tierra, incluso quiero venir aquí y enseñar, pero ahora mismo no. En Europa, en Holanda ahora está en auge la música barroca. En España está Jordi Saval, que ayuda un montón a que la música antigua salga un poco. También está la Orquesta Barroca de Sevilla, pero aquí no existe nada de esto”.
Raquel Martorell, a la que le apasiona la música clásica (Bach, Vivaldi...), domina la flauta moderna, el piccolo, la barroca, la clásica, la romántica y ahora está metida de lleno en la del sigloXIX.
“Es una cosa que no acaba nunca, pero ayuda mucho haber estudiado flauta moderna. Aunque son diferentes, ayuda conocer la técnica de los dedos. Lo que tiene la música antigua es que cada periodo tiene un instrumento especializado. En el barroco se tocaba la flauta barroca, que se llamaba traverso; en el clásico, con la clásica. Sigue siendo la misma afinación, pero ha cambiado la forma del instrumento. Cambian varias llaves, y eso es lo interesante, que en cada periodo se toca un instrumento distinto y cambia la sonoridad”, precisa esta estudiosa que imparte clases en la capital del país de los tulipanes.
La situación actual inclina a esta flautista a permanecer en Holanda y “aprender y experimentar todo lo que pueda. Vas a conciertos y cada vez te impresionas más, aunque a veces piensas que lo has visto todo”.
Cuestionada sobre la notable presencia de músicos extranjeros en la Orquesta Sinfónica de Tenerife, aseguró que la “gente de la OST me ha apoyado y ayudado mucho. Lo que ocurrió hace años es que el nivel de los músicos en Europa era muy superior, venían aquí, hacían pruebas y sobresalían, pero ahora hay muchos españoles y canarios fuera de las islas que están dando mucho. Lo que pasa es que volver aquí en la situación actual no es muy aconsejable”.
Cristo Barrios, Maximiliano Martín, David Ballesteros, Gustavo Díaz Jerez o Inocencio Negrín son algunos de esos músicos e intérpretes que triunfan en la península y en el extranjero.