El pasado jueves a mediodía, en un aula de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna, una docena de alumnos de un máster reciben una propuesta de trabajo para los próximos días: analizar el fenómeno de la presencia de tiburones en las costas del Sur de Tenerife, identificarlos y plantear posibles soluciones a ese acercamiento al litoral. Y es que los avistamientos y la llegada de tiburones de diferentes tamaños y características al litoral del Suroeste, Sureste y Sur de la isla en el transcurso de los últimos meses genera cierta inquietud y curiosidad. Tener que desalojar un amplio frente del litoral de Las Américas, en Arona, por la presencia de un escualo por tres veces en poco más de un mes no era nada habitual hasta ahora y desde el Ayuntamiento de Arona prevén elaborar un protocolo para que estas evacuaciones se hagan con eficacia. Pero aclaran que estos han sido casos puntuales y excepcionales.

El profesor de Biología Marina que ha lanzado la citada iniciativa a sus alumnos es Alberto Brito.

Este catedrático cree que el fenómeno es "absolutamente normal" y, de hecho, afirma que "hace 20 o 30 años había bastantes más tiburones que ahora" en aguas próximas a la isla. Se estima que en Canarias puede haber 55 especies de la familia de estos peces, aunque algunas habitan a gran profundidad o lejos de litoral. Brito reconoce que, desde el punto de vista administrativo o empresarial, "es un problema cerrar una playa" temporalmente por la presencia de estos animales, por lo que piensa que se debe buscar una solución "porque se genera una mala imagen". Por esa razón ha puesto "a pensar" a sus alumnos, para que ofrezcan alternativas viables en un trabajo práctico por si en el futuro tienen que enfrentarse a casos similares. Es decir, crear aplicaciones ante los problemas existentes en nuestro entorno. Y ¿qué medios existen para impedir o paliar la llegada de estos escualos a determinadas playas?

Brito cita en primer lugar "un dispositivo eléctrico". Este mecanismo se coloca en una especie de balizas y emite unas frecuencias que son detectadas por los tiburones y les hace alejarse de la costa. Este sistema, comercializado por una empresa extranjera, ya se usa en algún país. El profesor señala que esta es una posible medida más y no la defiende como la ideal. Comenta que en otras partes del mundo también se utilizan redes que impiden el paso de tiburones hacia determinadas playas. Pero tiene un serio inconveniente: su impacto en otros animales que se quedan enganchados y mueren, como tortugas, cetáceos y muchos peces. Además, advierte de que este modelo requiere un mantenimiento periódico para garantizar su eficacia.

Una jaqueta en Playa de las Américas

¿Qué tiburón es el que se aproximó hasta Playa Honda, en Las Américas, por tres veces? A falta de una imagen más cercana y nítida, Brito opina que puede ser una jaqueta, de un metro y medio de largo. Estos escualos son relativamente "frecuentes" en aguas próximas a las islas y también "relativamente peligrosos". Alberto Brito comenta que han sido muy pocos los ataques a humanos protagonizados por tiburones en Canarias. Respecto a las jaquetas, el biólogo Alejandro Sancho manifestó hace años a EL DÍA que no son tan activas como las que existen en el Caribe. Sancho comentó que "parece lógico pensar que si un pescador lleva pescado colgado es probable que el animal se lance a por él; otra cosa es que muerda o llegue a ser peligroso". La proximidad a la costa de esta especie se considera relativamente frecuente.