La escritora Julia Navarro (Madrid, 1953) ha asegurado que, a pesar de la gran repercusión de sus obras, "en cada novela te la juegas, ya que los lectores son el crítico más implacable que hay y no sabes nunca qué va a suceder". "El hecho de haber tenido éxito en los libros anteriores no te garantiza volver a tenerlo por lo que siempre tienes una sensación de vértigo", ha reconocido.

La autora ha realizado estas manifestaciones en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación en Valencia de su nueva obra, ''Dispara, yo ya estoy muerto'' (Plaza & Janés/Rosa dels Vents).

Navarro, que se ha ganado el favor de numerosos seguidores con títulos como ''La Hermandad de la Sábana Santa'' o ''La Biblia de barro'', recalca que "lo importante es contar la historia que uno tiene en la cabeza, con la extensión que uno quiere y hacer el trabajo que uno sabe y, después, no queda otra que sentarse a esperar a que los que los lectores digan".

La novelista ha aclarado que la sensación que tiene antes de publicar un nuevo trabajo no es miedo, sino "responsabilidad por no querer decepcionar" al público. Por ello, Navarro apuesta por seguir evolucionando en cada obra --ya introdujo un cambio "radical" en ''Dime quién soy'' y ahora vuelve a arriesgarse con ''Dispara, yo ya estoy muerto''-- con el fin de no encasillarse. "Pretendo seguir caminando con el riesgo de que los lectores no quieran seguirme en estos cambios pero creo que hay que ser honrado a la hora de escribir", ha explicado.

La narradora confiesa que ''Dispara, yo ya estoy muerto'' es "la novela más complicada" de su trayectoria, así como "la más dura" y la que más le ha costado escribir.

Se trata de una historia cuyo eje es la familia Zucker, expulsada a finales del siglo XIX de la Rusia zarista por su condición de judíos y que a su llegada a Tierra Santa decide adquirir las tierras de los Ziad, familia árabe encabezada por Ahmed. Entre éste y Samuel, patriarca de los Zucker, se creará un fuerte vínculo, una amistad que por encima de las diferencias religiosas y políticas se perpetuará generación tras generación. Varsovia, San Petersburgo, Jerusalén, París, Madrid o Toledo son algunos de los escenarios de esta trama.

LUCHAR CONTRA LAS CIRCUNSTANCIAS

A pesar de que, como es norma en las novelas de Navarro "pasan muchas cosas, éste es una historia "ante todo de personajes y de cómo las circunstancias marcan el origen de las personas y es muy difícil luchar contra ellas". "El hombre --ha proseguido-- no solo tiene que tiene que luchar contra los avatares de su vida sino contra las circunstancias que no ha elegido, como dónde nace, con qué religión o en qué familia", ha puesto como ejemplo.

Finalmente, Navarro ha comentado que tiene "la suerte de vender libros y, además, de recibir buenas críticas". En este sentido ha aseverado que "vender libros solo es sinónimo de que los lectores te han elegido" porque hay éxitos comerciales "muy buenos pero también muy malos".

"No hay una poción mágica para escribir libros que gusten al público, cada libro es una aventura nueva", ha afirmado la autora, que ya se encuentra "estructurando" su siguiente proyecto literario, ha avanzado.