Es uno de los psiquiatras infantiles más reputados de España y su trayectoria de más de 40 años así lo avala. Hijo del recordado alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Javier de Loño, este especialista ha regresado a Tenerife con la intención dar a conocer la vinculación directa que existe entre el fracaso escolar y la delincuencia juvenil, por ejemplo, y la incapacidad de los padres para poner normas y hacerse respetar por sus hijos; para ello dirigirá las I Jornadas Atlánticas de Salud Mental de la Infancia y Adolescencia que se celebrarán el próximo 15 y 16 de noviembre en el Real Casino de Tenerife y cuya matrícula ya se ha abierto.

¿Considera que hay demanda de este tipo de jornadas?

Por supuesto. Hay una preocupación de los padres por comprender por qué sus hijos tienen problemas de hiperactividad o falta de atención y por qué desarrollan determinados comportamientos pero, además, también el personal sanitario y educativo quiere adquirir nuevos y mayores conocimientos sobre psiquiatría infantil y adolescente.

Se habla del fracaso escolar o de la delincuencia juvenil desde el punto de vista social y educativo, pero rara vez desde la perspectiva médica.

Es cierto. Hay un silencio que oculta algo que está latente y es que los padres no quieren consultar con un especialista los problemas que estos tienen porque consideran que si se confirman ellos serían los culpables.

¿Prefieren obviarlos?

Sí, y escudarse en clases de apoyo cuando lo que hay es una neurosis, fobias, depresiones, acoso sexual, acoso escolar, es decir, múltiples trastornos psicológicos afectivos y que son silenciados por los padres porque consideran que sus hijos son los más guapos y los mejores. En Francia y Suiza hay cátedras de psiquiatría infantil y la prevención es lo primero. Es decir, que la educación de un niño consiste en darle dos palmadas en el culo y dos terrones de azúcar. Hay que frustrarlo a los dos o tres años y crear hábitos de conducta y disciplina.

¿Es consciente que el mensaje que está dando es polémico y contradice la idea de que la frustración es algo negativo?

Eso es un error conceptual, educativo y psicológico. No es que lo diga yo, es que lo que no se cura en la infancia dura toda la vida. Es una opinión universal, no de tres médicos, sino de la comunidad internacional.

Por lo que dice, en España se va a contracorriente entonces...

Hay un desfase, pero le digo que los niños deben frustrarse, tienen que estar fuera de la habitación de sus padres al año y, sin embargo, están dos y tres años y muchas otras cosas que hacen que vayan apareciendo problemas.

¿Puede ser que se haya pasado demasiado rápido de padres autoritarios a padres liberales?

Sí. De la época de la posguerra se pasó al Mayo del 68, donde hubo una inflexión en la que los padres se prometieron que sus hijos no pasarían las privaciones y sufrimientos que ellos tuvieron y se pasó al lado extremo de la balanza y a la permisividad total: gravísimo error. En Canarias se dice que un respetito es muy bonito y hoy hay una falta de respeto casi absoluto entre los adolescentes y la responsabilidad de eso la tienen los padres, no los colegios. Cuando yo llegaba a mi casa del colegio La Salle y me habían dado un reglazo o un tortazo, me daban otro porque razón tendrían en el colegio para haber actuado así conmigo. Ahora lo que ocurre es todo lo contrario y se presentan denuncias y demás. En resumen, que como ya dijeron los griegos en el equilibrio está la clave y todo niño necesita dos palmaditas en el culo y dos terrones de azúcar para que sepan que no son el ombligo del mundo.

¿Qué produce los trastornos?.

Los padres trabajan todo el día, están siempre ocupados y están estresados y llegan a casa a las siete u ocho de la tarde y esas dos o tres horas que pasan con sus hijos intentan darles todo, y eso no debe de ser así. Finlandia tiene el mayor éxito escolar del mundo, pero es que cuidan a los mejores de cada profesión, pero aquí la sanidad y la enseñanza están bajo mínimos; los profesores están cuestionados, cada vez tienen menos autoridad y están mal pagados. El 80% de los médicos tiene diez minutos para atender a cada paciente.

Y cada vez son más necesarias la psicología y la psiquiatría...

La enfermedad cada día es más psicosocial. Infartos, migrañas, úlceras, dolores reumáticos y muchos problemas tienen un origen y mental, así, las enfermedades y trastornos de los niños en un 80% son psicológicos, afectivos o sociales, casi no hay problemas biológicos y genéticos.

¿Cuál es el fallo principal?

Creo que los gobiernos tienen que saber que las escuelas de padres son prioritarias para que estos sepan qué hacer y qué no y cómo frustrar a los niños y conseguir que dejen de usar pañales, aprendan a comer y tengan un comportamiento y desarrollo sin problemas.