La magia de Sorolla, como así se considera a la capacidad del pintor valenciano de trasladar a sus cuadros el mar, su luz y movimiento, y que es una constante en su obra, es el eje central de la exposición "Sorolla. El color del Mar" que hoy se inaugura en Tenerife.

La muestra, que se realiza con motivo del 150 aniversario del nacimiento del pintor, está compuesta por 60 obras procedentes del Museo Sorolla, y estará abierta hasta el mes de febrero en el espacio Cultural CajaCanarias, en la capital tinerfeña, para después comenzar una itinerancia que la llevará a Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona, Zaragoza y Palma de Mallorca.

La comisaria de la exposición, Consuelo Luca de Tena, ha considerado que Sorolla merece ser conocido ya no solo por su calidad artística, sino también por el optimismo que transmite en sus pinturas.

Era un enamorado de su profesión, ha dicho la comisaria en la presentación de esta exposición producida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Fundación Museo Sorolla con la colaboración de la Fundacion CajaCanarias y la Obra Social de la Caixa.

Luca de Tena, también directora del Museo Sorolla, expresa su satisfacción porque el pintor valenciano, que tuvo gran fama en vida, vuelva a ser reconocido y querido después de unos años en los que parecía que solo contaba la vanguardia.

Él no quería encasillarse en ninguna corriente porque quería pintar "al natural", explica la experta, quién recuerda que Sorolla tuvo el mar delante de sus ojos desde que nació y aunque residió en ciudades como Madrid o París, cada vez que podía volvía a Valencia a pintar.

Sorolla intenta captar los detalles del agua, quiere desentrañar sus movimientos, se considera un pintor naturalista y su objetivo es comprender lo que veía y representarlo, dice Luca de Tena.

Añade que la obsesión en su prolífica obra, compuesta de más de 8.000 cuadros, es captar el color de la luz.

El comisario técnico de la exposición, José Manuel Pascual, señala que desde el punto de vista técnico la pintura del mar es un desafío para el autor por su continuo movimiento y afirma que obras tan conocidas como "El balandrito" es un "retrato del mar".

La exposición se divide en tres secciones: "El espectáculo incesante: agua", "Las horas del azul" y "De la naturaleza a la pintura" y la mayoría de las obras que se exponen son lienzos aunque también algunas pequeñas tablas o cartones, en las que Sorolla tomaba apuntes del natural y que, según los expertos, resultan imprescindibles para comprender sus métodos de trabajo.

El movimiento del agua, los reflejos, las transparencias y el color peculiar de la luz a cualquier hora del día, son características constantes de la obra del pintor valenciano, que, según apuntan sus estudiosos, aunque nunca quiso distanciarse de su pasión "por lo natural", es un pintor de su tiempo.

"Todo lo que es un desafío visual a Sorolla le llama la atención" dijo Luca de Tena.

La presidenta de la Fundación CajaCanarias, Marisa Tejedor, ha comentado que como actividades complementarias a la exposición hay previstas visitas guiadas para escolares y talleres didácticos.

David Cova, de la Caixa, señala que como canario esta exposición le despierta enorme curiosidad "por ver el color del mar a través de los ojos de Sorolla" y destaca que la colaboración entre la Fundación CajaCanarias y la Obra Social ha permitido traer a la isla muestra como ésta o como la de Henry Moore.