Los Reyes presidirán mañana la gala inaugural de la Presidencia española de la UE, en un acto que se celebrará en el Teatro Real de Madrid y al que asistirán también los Príncipes de Asturias y el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, entre otras autoridades españolas y europeas.

Aunque España tomó el mando rotatorio de la UE el pasado día 1, será mañana cuando se celebre el acto oficial para que Suecia -que presidió el último semestre de 2009- le entregue oficialmente el testigo de la Presidencia, en la que el Gobierno quiere despejar las dudas en el camino de la recuperación económica y reforzar la capacidad de liderazgo e influencia de los Veintisiete en el mundo.

También está previsto que asistan diversos ministros del Gobierno español y autoridades de la Unión Europea, como el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

El acontecimiento comenzará con la entrega del testigo de la Presidencia de la UE, proseguirá con un espectáculo de danza protagonizado por Tamara Rojo y María Pagés, y acabará con el "Himno a la alegría" a cargo del Coro Nacional de España y el lanzamiento de miles de globos azules sobre el cielo de Madrid.

Todo el acto podrá seguirse en directo a través de dos pantallas gigantes que el Ayuntamiento madrileño instalará en la Puerta del Sol y en la plaza de Colón.

Con anterioridad, Zapatero ofrecerá un almuerzo a Van Rompuy y a Durao Barroso, con quienes luego compartirá una rueda de prensa.

Durante este semestre, y en medio de una mayoría de gobiernos de centroderecha y de un horizonte de empleo pesimista, Zapatero aspira a trasladar a Europa los pilares que quiere para construir el futuro de España: formación, nuevas tecnologías, educación, energías limpias y protección para el trabajador.

Quiere asimismo dejar como impronta su empeño por hacer de la igualdad un compromiso europeo en todas sus vertientes, en especial en la lucha contra la violencia machista, sin olvidar la seguridad, la inmigración o la lucha contra el cambio climático.

España tiene la responsabilidad de poner en marcha el Tratado de Lisboa, el nuevo marco comunitario que ha logrado revitalizar a la Unión Europea después de meses de incertidumbre política y económica.

Sin embargo, se inaugura también una etapa en la que el papel del país encargado de coordinar las políticas europeas cada semestre se verá debilitado con los nuevos cargos del Tratado de Lisboa: el presidente estable del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, y la Alta Representante para la Política Exterior, la británica Catherine Asthon.

La agenda de trabajo es compartida por primera vez con los dos países que sucederán a España en los siguientes doce meses -Bélgica y Hungría-, en lo que se ha venido en llamar el trío de presidencias.

Desde la adhesión en 1986, es la cuarta ocasión en la que España ejerce la presidencia de turno del Consejo de la UE -el órgano de toma de decisiones que agrupa a los distintos Consejos de Ministros europeos-, tras los precedentes de 1989 y 1995, con Felipe González, y de 2002, con José María Aznar.