El clérigo opositor iraní Mehdi Karrubí, uno de los candidatos que denunció fraude tras la reelección el pasado junio del presidente Mahmud Ahmadineyad, advirtió ayer de que las amenazas no doblegarán su voluntad, ni la de otros muchos, de luchar por la apertura.

"Algunos creen que pueden bloquear la corriente reformista cerrando diarios y encarcelando a opositores... pero estoy decidido a proseguir la senda que he elegido", subrayó Karrubí en un comunicado divulgado por la web Sahamnews.org.

En este sentido, señaló que tanto él como su familia están preparados para cualquier "desastre".

"Reitero que ese tipo de amenazas no me amilanarán ni minarán mi voluntad.... he preparado a mi familia para cualquier dolor", resaltó el clérigo, apenas tres días después de que su vehículo fuera al parecer tiroteado durante una visita a la ciudad de Qazvin, ubicada a unos 135 kilómetros al noroeste de Teherán.

Según el relato facilitado por su propio hijo, Husein Karrubí, a diversas páginas web reformistas, cientos de personas, entre ellas milicianos basij vestidos de paisano, rodearon la casa de un clérigo amigo que el ex presidente del Parlamento había ido a visitar.

Tras varias horas de acoso, la Policía antidisturbios pudo sacar de allí a Karrubí, cuyo vehículo blindado habría recibido dos impactos de bala cuando partía, pero sin consecuencias, al parecer, para su salud. El incidente fue recogido por la prensa estatal, aunque fuentes oficiales negaron los disparos.