La moda y las tendencias revolucionan nuestros estilismos, nuestros looks y nuestra manera de ir de shopping. Los estampados geométricos, las líneas o los amarillos luchan por llegar a nuestro vestidor y lo hacen con la intención de quedarse, como mínimo, toda la temporada.

Sin embargo, revulsivos o novedades 100% hay pocas. Todo va y vuelve y aquellas prendas que considerábamos totalmente démodé vuelven a estar a la última. Camisetas cortas, monos, chaquetas bomber están ahora en el top de nuestra lista de compras fashionistas, cuando hasta hace unos meses nos horrorizaba la idea de utilizarlos. La pasarela cambia nuestros criterios y hace que aquellas reliquias ochenteras ahora no nos sienten tan mal.

Volver a enseñar ombligo o volver a utilizar tacones del alto que utilizaba la abuela se convierte en un orgullo y una evidencia de estar de lo más in, incluso, haber desarrollado un cierto Diógenes fashionista, nos permite, si hemos sido cuidadosos, poder combinar lo nuevo y lo antiguo y obtener un resultado diez. Aunque, por supuesto, ni todo lo clásico es viejo ni todo lo viejo es vintage. La elección correcta será clave para el éxito de la combinación y, en caso de que no encontremos transparencias o azules Klein en nuestro baúl, lo nuevo con inspiraciones de otras épocas tendrá su oportunidad.

Para adaptar las tendencias y descubrir combinaciones insólitas toca mantener los ojos bien abiertos: las pasarelas, el streetstyle, las revistas, el cine, los blogs de moda... nos empapan de todo lo que se lleva y nos ayudan a decidir qué podemos reciclar y cuáles son los must en que interesaría invertir para sacarnos el máximo partido. Conocernos a la perfección será, sin duda, el otro requisito indispensable para irradiar belleza, confianza y lucir orgullosos cualquiera de nuestros looks.

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