El debate está en la calle. ¿Plataformas sí o plataformas no? Una gran mayoría, según se desprende de los comentarios en las redes sociales y en cualquier conversación que se genera en la capital tinerfeña, se muestra reacia a ver con buenos ojos estas enormes infraestructuras no solo por sus dimensiones y aspecto sino porque la reciente aprobación de las prospecciones ha hecho que se consideren como parte de la maquinaria que Repsol está destinando a las Islas para empezar a buscar petróleo en los fondos marinos. Nada más lejos de la realidad.

Actualmente en el puerto de Santa Cruz de Tenerife se encuentran ancladas dos plataformas -una en el Dique del Este y otra en la antigua terminal de La Candelaria en la zona de Los Llanos-, y una tercera espera frente a la entrada del puerto a que mejoren las condiciones marítimas para atracar. Se trata de plataformas que operan de forma habitual en el Golfo de Guinea (África), con las que se procede a la extracción del oro negro.

Debido al intenso trabajo que realizan necesitan trabajos de mantenimiento y reparación de forma continua, y desde hace años y sobre todo debido a la cercanía, recalaban en el puerto de La Luz y Las Palmas para su puesta a punto, pero la saturación de este puerto, unido a una política comercial agresiva llevada a cabo por la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, han hecho que comiencen a arribar a la capital tinerfeña las primeras instalaciones de este tipo.

Cada una de ellas abona 60.000 euros de forma directa al Puerto para poder atracar y después asume los gastos propios de los trabajos que precisa de manos de estibadores, prácticos, remolcadores e incluso de los talleres locales en los que se han tenido que comprar e instalar las defensas especiales para amortiguar el cantil del muelle para que no choque.

Solo en el amarre de la plataforma que atracó este lunes frente al edificio de Hacienda participaron medio centenar de operarios.

Pero, ¿qué riesgo de contaminación existe? Desde la Autoridad Portuaria aseguran que "ínfimo", puesto que el único combustible que llevan es el que les permite navegar de forma autónoma y dos de ellas han llegado remolcadas y la tercera a bordo de una buque semisumergido.

"Salvo su combustible, están vacías", aclaran los expertos.

Otra cuestión que ha despertado la polémica es la ubicación elegida, sobre todo para la segunda plataforma que llegó este lunes a puerto y que está junto a la avenida marítima. La elección de este emplazamiento viene marcado por el hecho de que en el Dique del Este (en el que está la otra) el puerto dispone de muy poco espacio, ya que la mayor parte son concesiones destinadas a terminales, y en el que le resta se les debe dar prioridad a las mercancías líquidas y sólidas, como es el caso del cemento y los piensos.

Agotado este espacio, la única parte idónea y que actualmente está desocupada es la antigua terminal de La Candelaria en pleno Muelle de Los Llanos, y es ahí precisamente donde no solo se ha ubicado esta segunda plataforma sino que en esto días también atracará la tercera, según confirman desde el Puerto, que, no obstante, admiten que "no hay capacidad para muchas más",