Pensar, diseñar, ''moldear'' y finalmente construir nuevos materiales ópticos en un laboratorio y con múltiples aplicaciones es posible; el truco está en saber controlar su estructura para manipular así la luz y poder hacer sistemas para detectar billetes falsos, ventanas fotovoltaicas o parches anti-sol.

Hernán Ruy Míguez García es un "artesano" de estos nuevos materiales y por ello, y sobre todo por saber aunar ciencia básica de gran calidad con transferencia tecnológica, acaba de recibir el Premio de Física en la modalidad de Física, Innovación y Tecnología, de la Fundación BBVA y la Real Sociedad Española de Física (RSEF).

Investigador en el Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Míguez es inventor de 18 patentes, varias transferidas a la industria: en España -afirma- no se patenta tanto como en otros países, en los que sí existe un marco "más propicio para el desarrollo tecnológico".

Hernán Ruy Míguez García es investigador del CSIC e inventor de hasta 18 patentes

No obstante, el problema no es tanto si se patenta o no, si no si lo que se patenta se transfiere finalmente al tejido productivo.

Precisamente, el tener que "pensar antes en patentar que en publicar en una revista" es lo que aprendió en su estancia de dos años en la Universidad de Toronto, donde también aprendió química, lo que le sirvió, combinado con la física que sabía, para abordar proyectos más ambiciosos en ciencia de materiales.

Para crear un material, explica, primero hay que diseñarlo en un ordenador, con modelos computacionales: eliges los componentes, el número de capas y lo "mezclas" cientos de millones veces hasta que consigues lo que quieres, para luego replicarlo en el laboratorio.