Los líderes de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado con los cristianodemócratas de la canciller alemana, Angela Merkel, apostaron hoy por reeditar la gran coalición con los socialdemócratas, pero reivindicaron un giro a la derecha, especialmente en política migratoria.

Al inicio de la tradicional convención de la CSU en el convento bávaro de Seeon, el líder del partido en el Bundestag (cámara baja), Alexander Dobrindt, se comprometió a ser la voz de la "mayoría conservadora liberal" que se manifestó en las elecciones de septiembre.

"Queremos esa coalición, pero con un partido socialdemócrata que sepa deletrear la modernización de nuestro país, la seguridad y el crecimiento y no con uno que sólo pueda citar los temas del baúl de los recuerdos socialista", advirtió, ante la apertura en Berlín el próximo domingo de las negociaciones para formar nuevo gobierno.

Los conservadores bávaros reclaman que se recorten las ayudas sociales a los refugiados, que se mantenga en suspenso la reagrupación familiar para los principales grupos y que se compruebe la edad de los solicitantes de asilo que se presentan como menores.

En opinión de Dobrindt, el bloque conservador que forman la CSU y la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel recibió el encargo de impedir que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se perpetúe en el Bundestag, pero ese mismo encargo lo recibió la izquierda, que cedió cerca de un millón de votos a ese partido.

La CSU, que gobierna en Baviera desde 1957, teme perder la mayoría absoluta en las elecciones regionales que se celebrarán este otoño en ese "Land", en cuyo Parlamento regional aspira a entrar con fuerza AfD.

El primer ministro bávaro, Horst Seehofer, insistió también ante los medios en que su partido quiere la gran coalición con los socialdemócratas y subrayó la necesidad de dar respuesta a las preocupaciones mostradas por los ciudadanos en la campaña electoral, desde las pensiones y los alquileres, hasta la inmigración.

Ante la llegada de solicitantes de asilo (alrededor de 1,3 millones desde 2015 y la mayoría a través de Baviera, situada al sur de Alemania), la CSU apuesta por la humanidad y la integración, pero también por poner límites para poder garantizar los dos primeros principios, recalcó Seehofer.