No pedir el DNI para vender alcohol, repartir "likes" a las fotos de las borracheras del fin de semana o mirar para otro lado al ver a chavales bebiendo en un parque son pequeños gestos que pueden parecer insignificantes pero que indican el escaso grado de compromiso de la sociedad ante el consumo en menores.

Precisamente para implicar a todos frente a este problema la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD) ha lanzado la campaña "Bienvenidos al trecho", que invita a recorrer el camino que va del "dicho" (decir que ningún menor debería beber alcohol) al "hecho" (que ninguno consuma).

Durante la presentación de la campaña en rueda de prensa, el vicepresidente de la FAD, Ignacio Calderón, incidió en que el "gran objetivo" es conseguir que "la sociedad abra los ojos" ante este problema y conseguir que pasemos de "pensar ''no es un tema mío'' a decir ''qué puedo hacer''".

Según datos del Barómetro 2017 elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, emborracharse y perder el control es un comportamiento que compensa a un 40% de los jóvenes de 15 a 29 años a pesar de los riesgos que pueda entrañar. El porcentaje sube hasta el 42% en la franja de 15 a 17 años.

"Estamos hablando de niños y niñas" que han pasado a "consumir con un patrón nórdico, que es agarrarte una toña de tamaño natural", insistió Calderón.