No se trata de un capítulo más. La Feria del Libro de Santa Cruz celebra sus 30 años de existencia y lo hace señalada por la crisis del modelo de negocio tradicional de las librerías, del concepto de las editoriales, lastrada por el descenso creciente del número de lectores y hasta por la ausencia de renovadas ideas.

La urgencia por inculcar entre las nuevas generaciones el hábito de la lectura, también el aprecio hacia los libros, capitaliza los objetivos de una edición que vuelve a escoger el parque García Sanabria de la capital tinerfeña como espacio privilegiado para desarrollar su variado programa de actividades.

El salón de actos del edificio que alberga la sede de la Presidencia del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife se convirtió la mañana de ayer en el escenario donde tuvo lugar la rueda de prensa de presentación de esta cita.

En el acto estuvieron presentes Aurelio González y Ángeles Palmero Díaz, viceconsejero de Cultura y directora general de Comercio del Gobierno de Canarias, respectivamente; José Manuel Bermúdez y José Carlos Acha, alcalde de Santa Cruz de Tenerife y concejal de Cultura de la Corporación municipal; Natalia Aznárez, directora de la Fundación CajaCanarias, y Remedios Sosa, presidenta de la Asociación de Libreros de Tenerife.

Fue precisamente la representante de los libreros quien, en su turno de intervención, solicitó a los poderes públicos "una apuesta decidida por la cultura", argumentando que los países más avanzados culturalmente son los que mejor han superado la crisis económica y social.

En palabras de Remedios Sosa, resulta perceptible un general "deterioro de la cultura", que explicó se aprecia en indicadores tales como la pérdida de espectadores en las salas de cine, donde la media de edad de los asistentes se sitúa en los 60 años.

En lo referente al sector del libro, subrayó realidades como el descenso de las ventas y el alejamiento de los jóvenes, hechos que puso en relación con "un bajo nivel educativo, una declinante comprensión lectora y una reducción brutal en cuanto a la producción de vocabulario".

De ahí, "el masivo cierre de librerías, mientras que las que permanecen abiertas acaban convertidas en auténticos bazares", dijo.

No obstante, y a pesar de este oscuro panorama, la presidenta de los libreros rompió una lanza en favor de "movimientos culturales que desde hace tiempo se plantean reverdecer la cultura y mantienen la esperanza".

Asimismo, no perdió la ocasión para reclamar el apoyo a la red de librerías independientes, con el fin de favorecer el acercamiento de los ciudadanos a los libros y a la cultura.

"Las librerías reafirman la identidad de las ciudades y los pueblos, propician la convivencia y el encuentro de las personas y nos ponen en contacto con otras culturas; los libros son los pilares de las sociedades libres y abiertas", sentenció Remedios Sosa.

En su intervención, el viceconsejero de Cultura del Ejecutivo regional, Aurelio González, señaló que el Gobierno se plantea como tarea primordial lograr que cada vez sean más "los canarios que experimenten el placer de leer".

Y consideró "una vergüenza" el hecho de que el Archipiélago aparezca siempre en las estadísticas oficiales "entre las regiones donde menos se lee".

La directora general de Comercio, Ángeles Palmero, subrayó que "es nuestra labor fundamental fortalecer y apoyar el desarrollo de ese tipo de ferias, con la intención de que se puedan regionalizar e internacionalizar".

En su turno de intervención, el alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez, manifestó que para la ciudad que representa supone " un aliciente extraordinario que la feria se celebre en el parque García Sanabria".

El alcalde coincidió en el diagnóstico esbozado por Remedios Sosa, admitiendo que "las librerías, como sucede con otro tipo de comercios, atraviesan momentos difíciles", una circunstancia que a su juicio exige "mucha imaginación y adaptarse a la realidad que marcan los nuevos canales de comunicación".

Quizá por esta razón, explicaba José Manuel Bermúdez, ha habido negocios que han cerrado sus puertas, pero "otros abrirán". Y, en esta línea, estableció que las administraciones públicas deben hacer "todo lo posible por apoyar su permanencia como agentes culturales de proximidad".

El concejal de Cultura, José Carlos Acha, destacó la idoneidad del parque García Sanabria por ser un lugar que procura "la simbiosis del libro, la cultura y las tradiciones". Asimismo, insistió en que no se trata de una concentración de "simples casetas", sino en la idea de fondo: que el libro se convierta en un amigo.

Acha destacó el nuevo rumbo que está tomando la Feria del Libro, "en la que ya no solo se pueden comprar libros, sino que también oferta un programa de actividades paralelas para el disfrute de todo tipo de públicos".

La representante de la Fundación CajaCanarias, Natalia Aznárez, subrayó "el concepto familiar y para todos los públicos de la Feria", una iniciativa que consideró se ha fortalecido. "Para nosotros como institución es un deber apoyarla".

Entre los autores que han confirmado su asistencia a esta Feria del Libro se encuentran Blue Jeans, Elisabet Benavent, Javier Ruescas, Marta Sanz o Cristina Fallarás, entre los más de cien programados, además de notables representantes canarios.

las cifras

6 días, desde el 25 y hasta el 30 de mayo, plagados de un denso y variado programa que se desarrollará en el parque García Sanabria de la capital tinerfeña.

200 actos en torno al libro, la escritura, la lectura, la música, la poesía o la gastronomía, donde no faltará la presencia y las firmas de destacados escritores nacionales y también locales.

35 casetas que ocuparán libreros, editoriales públicas y privadas y publicaciones se distribuirán a lo largo de los paseos Francisco Borges Salas y José Blasco Robles.

5 escenarios acogerán diferentes actividades que pondrán el énfasis en la celebración del trigésimo aniversario de esta cita.