Ahora que todos (al menos todas) estamos envueltos en este nuevo feminismo plural y diverso, y que las movilizaciones de todo tipo superan todas las previsiones por la igualdad, la discriminación y la violencia machista; ahora que hemos decidido parar para cambiarlo todo y que por fin parece que tomamos velocidad de crucero en esta lucha por la igualdad, surgen comparaciones de todo tipo que ponen a la vista los datos de la desigualdad.

¿Qué ocurre en la arquitectura? Las mujeres han participado en la arquitectura de manera activa durante muchos siglos, ya sea como profesionales, practicantes, educadoras, críticas o clientes, pero siempre en condiciones de desigualdad. En un estudio realizado en el 2017 por el Consejo de Arquitectos de se estima que solo el 38% de los arquitectos practicantes son mujeres. En España la proporción está en 72% hombres frente a un 28% de mujeres. El consejo podría empezar por dar ejemplo, de 11 miembros solo 2 son mujeres. La cosa no mejora al acercarnos a Tenerife, todos los miembros de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Canarias son hombres.

Creado en 1979 por Jay A. Pritzker, el premio Pritzker, que es el más prestigioso del mundo en arquitectura, en 39 años solo en tres ocasiones ha incluido a una mujer, Zaha Hadid, en 2004 (la única que lo ha recibido en solitario), Kazuyo Sejima (junto a Ryue Nishizawa) en 2010 y Carme Pigen (junto a Rafael Aranda y Ramón Villalta).

En cuanto al Premio de Arquitectura Española concedido por el Consejo Superior de Arquitectos de España desde 1993, solo ha sido otorgado a Carme Pinós (junto a Miralles en 1995), Angela García de Paredes en 2007 (junto a Ignacio Pedrosa) y Sara de Giles en 2013 (junto a José Morales). Es decir, de 26 arquitectos premiados, solo 3 mujeres.

En Canarias, el premio Manuel de Oraá de Arquitectura ha reconocido el trabajo de algunas grandes arquitectas canarias como Magüi González (1985 y 2005) y Maribel Correa (1985 y 1987). En 2008 se celebró la última edición de estos premios. En 13 ediciones solo 4 veces las mujeres se han alzado con el premio, Magüi en solitario y Maribel Correa siempre junto a Diego Estévez. Si nos vamos a la composición de jurados, vemos que prácticamente siempre están formados solo por hombres.

Podríamos seguir así hasta el infinito, pero creo que bastan estas pinceladas para afirmar que queda mucho por hacer en materia de igualdad y arquitectura.

La arquitectura puede ayudar de mil maneras a la igualdad, y sobre todo la visión de las mujeres sobre la arquitectura, y sobre la belleza de los detalles. Como dijo Zaha Hadid "Sí, soy feminista, porque veo a todas las mujeres inteligentes, talentosas y duras. Creo en la habilidad femenina, y en el poder y la independencia femenina.No solía gustarme que me denominaran como mujer arquitecta. Lo importante es que soy arquitecta, el ser mujer es una información secundaria. Pero quizá eso haya ayudado a otras mujeres, inspirando a que escojan una profesión y hacer algo al respecto, especialmente en un campo considerado no apto para mujeres."

Y ahora nos encontramos grandes y bellísimas obras concebidas por mujeres arquitectas que empiezan a cambiar el mundo. En España hay un caso muy curioso: destacan entre otras muchas, dos, Carmen Pinos y Benedetta Tabliabue, que estuvieron unidas por el mismo hombre, Miralles, que, por supuesto se daba por sentado que él era el genio, pero ¿lo era? ¿todo el mérito es de él? Ellas dos han seguido adelante, y han creado obras maravillosas. Quizás no les gusta verse unidas en un mismo artículo, pero ya son parte de la historia por sí mismas. Podríamos nombrar a muchas más, y lo seguiremos haciendo, hasta que llegue la igualdad real.