El Iberostar Tenerife obtuvo su pase para disputar, por segundo año consecutivo, los "playoffs" por el título liguero de la ACB. Los pupilos de Fotis Katsikaris se impusieron con contundencia en el Palacio de los Deportes San Pablo, consiguiendo además firmar la mayor victoria de su historia en la competición regular. Los aurinegros vencieron de 47 puntos a un Real Betis Energía Plus que se despidió de esta categoría con un duro varapalo. Los tinerfeños arrancarán la fase final de la Liga ACB midiéndose al Real Madrid. El primer encuentro, este domingo (27 de mayo), a partir de las 11:30 horas, en el WiZink Center.

Tampoco necesitaron los canarios demasiado esfuerzo para imponerse a un equipo hundido y a la deriva desde hace meses. De hecho, pese a no jugar ni al 50% de su capacidad, se beneficiaron del ritmo cansino y la laxitud defensiva de los verdiblancos, donde únicamente Booker y Anosike ponían algo de ganas e intensidad.

Tanto en así que la ventaja en el marcador se fue agrandando con el paso de los minutos, hasta el punto de que del 13-22 del primer cuarto se pasó a un 29-51 al descanso. En la tercera manga, donde habitualmente se produce la desconexión bética, los de Javi Carrasco ya perdían por 37 unidades (42-79), una sangría que se acrecentó en otro de esos epílogos para olvidar en el coliseo hispalense, que no volverá a albergar baloncesto de élite el próximo curso.

De hecho, el conjunto aurinegro pasó de la centena sin demasiada dificultad, únicamente dejándose llevar y acertando desde el perímetro. Así, con 16 triples a falta de un suspiro, los pupilos de Fotis Katsikaris igualaron su récord de tres de esta campaña, redondeando una paliza que quedó fijada a la postre en un sonrojante 62-109.

Los insulares, apoyados en un inspirado Abromaitis, ponían tierra de por medio de inicio con un 1-8 también que llevaba también el sello de Vázquez. El primer cuarto se cerraba con nueve abajo. Golubovic, de nuevo a más en este final de campaña, inauguró el segundo acto, que pronto empañó Nelson con una antideportiva inexplicable. Bassas ganaba confianza (21-32) y Fran Vázquez se crecía ante la comodidad brindada. El partido estaba condenado a romperse. Dicho y hecho. Vasileiadis fijaba la máxima diferencia (25-48, +23). Un triple de Nelson maquilló un final que dejó el 29-51 al descanso.

La reacción defensiva a la vuelta de vestuarios se tornó en espejismo. La apatía emergía como máxima y el guion conducía irremediablemente a una nueva debacle. El Iberostar se lucía. Hasta Odiase se animaba con un despliegue de mates (40-75) que elevaba la renta visitante a +35. A falta de un cuarto, 42-79 y la confirmación de otro bochorno. El último cuarto no varió ni un milímetro la película. El Iberostar selló su pase ante un cadáver.