Luz Casal defiende el oficio de artista hasta las últimas consecuencias. Sabe que tiene garantizada la fidelidad de un público como el que anoche llenó la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife para ser testigo de un concierto emblemático, pero de vanguardia. Su paso por el Festival Mar Abierto fue como abrir un catálogo musical al que ha ido incorporando imágenes que se mutaron en canciones durante más de cuatro décadas. Luz es un mito de la escena nacional que siempre está; sin fecha de caducidad y con una capacidad para retroalimentarse de una actualidad que la convierte en una oferta cultural para miembros de distintas generaciones. "Que corra el aire" es la excusa con la que se montó una gira que a su paso por esta capital mostró los cuatro sencillos que abanderan un disco lleno de sutilezas: todo comenzó con la interpretación de un "Que corra el aire" que fue premiado por la audiencia hasta que comenzaron a sonar los primeros acordes de "Miénteme al oído". Un puñado de minutos fueron suficientes para ganarse el respeto de unos espectadores que fueron intuyendo el devenir de un espectáculo con texturas íntimas, picos mucho más rockeros e instantes reflexivos en clave de pop. "Volver a comenzar", "Tanto ruido", "La única verdad", "Morna" o "Amores" fueron las piezas sonoras que encajó Luz Casal en la primera parte de una velada que estaba a punto de girar hacia su costado más contundentes.

"Entre mis recuerdos" actuó como pasillo de acceso hacia temas que se han grabado a fuego en la imaginación de unos seguidores que esperaron ansiosos la interpretación de clásicos como "Sentir", "Loca", "Es por ti" y, cómo no, "Rufino", un tema que sigue generando una sensación de histeria creativa que no ha perdido ni un solo gramo de desenfreno con el paso de los años. Blindada con una voz inconfundible, Luz Casal moldeó su garganta para describir unas pinceladas musicales que saltaron de género en género hasta completar más de una hora y media de un directo poderoso.

Sencillo, pero elegante. Así fue el regreso de Luz Casal a la Isla. La "gran dama" de la música española está viviendo una de esas épocas en la que ya no es tan importante recolectar crédito sino conservar el que se tiene con dignidad. Con la belleza que se concentró en el tramo final de una cita que describió su fase más personal. Y es que con el público rendido a la profesionalidad de una invitada que interpretó una treintena de canciones, Luz Casal anunció una despedida que se enredó en las partituras de "Lo eres todo", "Piensa en mí" y "Te dejé marchar". Tres historias que cerraron el vínculo entre Luz Casal y el Auditorio de Tenerife.