Se perdió, pero el Iberostar Tenerife se puede ir de vacaciones con la cabeza muy alta después de plantar cara al Real Madrid en el segundo encuentro de la eliminatoria de cuartos de final de la Liga ACB.

Era muy difícil sacar adelante el encuentro, pero desde los primeros minutos el equipo salió a por la victoria, aunque encontró con un poderoso Edy Tavares en la zona que no permitió ningún tipo de canastas cerca, y con un juego exterior que terminó por decidir, empezando por Rudy Fernández, que estuvo acompañado por Llull, Doncic y en ocasiones por Carroll.

Aunque el Iberostar Tenerife perdió, a falta de tres minutos el marcador no lo tenía claro su rival (73-77), pero esos pequeños detalles decidieron para los blancos. Los tiros libres que se fallan y las entradas a canasta que no entran permitieron al Real Madrid llevarse ese segundo encuentro y acceder a las semifinales.

El dominio interior del Real Madrid y su buena defensa hcieron que el partido empezara con un 2-7. La diferencia es que el Iberostar, pese a no estar acertado en ataque, si mantuvo una concentración máxima en defensa que impidió que su rival lograra anotar con claridad.

La solución en ataque fue sacar a Tobey de la zona y que tirara desde fuera. El pívot norteamericano lo hizo bien y ocho puntos suyos supusieron el empate a 12.

El equipo tinerfeño se creció. Eso le llevó a subir su trabajo defensivo y en ataque a jugar con mayor calma. Laso movió ficha, pero los tinerfeños estaban crecidos. En el inicio del segundo cuarto Abromaitis pondría, por primera vez, a su equipo por delante (17-14) y dos minutos más tarde la diferencia canarista se fue hasta los ocho puntos (22-14).

Pero enfrente estaba el Real Madrid con un fondo de armario de primer nivel. En un solo minuto empató el partido (24-24), con un triple de Rudy, otro de Llull y una canasta bajo aro de Ayón.

Otra vez a empezar, parecían decir los locales, pero el conjunto blanco cogió la directa y se fue al descanso con una diferencia importante, tras un triple de Doncic (32-44).

El mismo jugador esloveno anotaría la primera canasta del tercer cuarto (32-47), lo que sería la máxima diferencia del partido para los blancos, una ventaja que parecía insalvable porque el esfuerzo era mucho.

Pero no fue así. Triple de Vasileiadis y otro de San Miguel y el Iberostar Tenerife volvió al encuentro (42-47). Estas diferecias se mantuvieron a lo largo del tercer cuarto. Los tinerfeños, cautos ante una nueva reacción blanca, y los visitantes conscientes de que tenían controlado el choque.

Lo cierto es que el Iberostar Tenerife entró vivo al último cuarto (55-63) y ahora era todo a una. Tobías Borg, que jugó más minutos en este "playoff" que en toda la Liga, pondría el 58-63, pero los madrileños no fallaban. Laso tuvo que poner de nuevo a Tavares para controlar el juego interior, pero ahora ya estaba en manos de Tobey, muy atento a cualquier balón "muerto" bajo canasta.

En los últimos instantes, cuando el Iberostar Tenerife se puso a cuatro puntos (73-77), todo podía pasar, pero fueron esos pequeños detalles los que decidieron.

Contra un Real Madrid no te puedes permitir el lujo de fallar una entrada o desde el tiro libre, porque te castigan de una manera brutal. Y así fue. Los errores de los canaristas en los instantes finales los castigó el Real Madrid con contundencia para terminar ganando.