Son una pieza más del destacado y generoso puzzle musical que ha crecido en Medellín en los últimos años, una banda que continúa buscando su espacio en Europa de éxito en éxito. Su propuesta más reciente acaba de salir del horno, se titula "La llave" y es fruto de una colaboración con Pablo Alborán. "Es uno de esos artistas que te pueden abrir muchas puertas", asegura Pablo Mejía sobre una alianza que se acaba de presentar a nivel mundial. "Cuando trabajas con alguien que tiene mucho peso en la industria de la música todo es más sencillo", comenta el integrante de un cuarteto que acumula otras experiencias musicales de gran calado con Cali & El Dandee, Carlos Baute, Juanes, el tinerfeño Maikel Delacalle, Maluma o Sebastián Yatra.

Piso 21 actuará el próximo 7 de julio en La Laguna. Esa no será la primera visita que David Escobar, Juan David Castaño, Juan David Huertas y Pablo Mejía al Archipiélago. "Hemos estado dos veces, pero nunca en Tenerife. Sabemos lo que nos vamos a encontrar porque nuestro hermano Mikel Delacalle nos tiene al tanto de lo que se mueve por las Islas", cuenta en el transcurso de una conversación telefónica en la que Pablo repasa los orígenes de una banda que se fundó hace más de una década en la capital colombiana. Piso 21 es mucho más que "Piso 21" (2012) y "Ubuntu" (2018), dos discos que consolidaron su trayectoria en suelo español.

Horas antes de dar un concierto en Chile, Mejía reconoce las ganas de seguir construyendo su presente sin dejar de mirar al pasado. "Lo que está por venir es un deseo que queremos cumplir sin demasiadas prisas, pero lo que quedó detrás son recuerdos que nos permitieron llegar hasta aquí. Ahora nos conocen por el recorrido que han tenido nuestras últimas canciones; lo que no sabe demasiada gente son los esfuerzos que realizamos durante muchos años para poder vivir este momento... Somos los mismos chicos que un día subieron al piso 21 (a la azotea) para comerse el mundo", dice sobre los orígenes de una formación que está señalada por la crítica especializada como uno de los actuales referentes de la música urbana.

"Nunca dejamos que los elogios nos ablanden. Hoy estás en lo más alto, en el piso 21 (ríe), y mañana caes al sótano... Sabemos que esto es una carrera de fondo en la que solo resisten los más fuertes. La intención es quedarnos muchos años, pero somos conscientes de que de la misma manera que nosotros empujamos hacia arriba, hay otros chicos que ya vienen de abajo".

"Vagones vacíos", "Ángel mortal", "Correr el riesgo" (feat. con Maluma) y, más recientemente, "La llave" son canciones que conforman la identidad de un grupo que prefiere unificar toda su producción en torno a los sonidos urbanos. "Nosotros sabemos qué es lo que queremos hacer y cómo tratamos de llegar al público... Las fórmulas que usemos (pop, pop latino, pop rock, reggaeton) no es lo importante, sino el mensaje que queremos a las personas que un día confiaron en Piso 21. La responsabilidad de no defraudarles es alta, pero sabemos que ellos nos demuestran su cariño de distintas maneras: en los conciertos, en las promociones, a través de las redes sociales", enumera justo en el momento en el que la conversación gira hacia el mundo virtual. "Ese es un escenario que no descuidamos", subraya Pablo Mejía en relación a las afinidades que se crean a través de internet. "Todo se mueve a una velocidad de vértigo, el mundo ha cambiado y las distancias geográficas ya no existen. Piso 21 crea pensando en una audiencia global que nos va a escuchar en Barcelona, México, Nueva York, París o en La Laguna... No hace falta que demos un concierto en Madrid para saber que allí hay gente nos sigue. Lo mismo ocurre en las Islas. Sentimos el cariño de los canarios a diario, están con nosotros en las redes sociales. El directo siempre lo cambia todo, pero ya nos estamos haciendo una idea de lo que puede pasar dentro de unas semanas en Tenerife. Además, tenemos al menos otras dos referencias".

"La llave" que comparten desde hace unas horas con Pablo Alborán es la que quiere usar Piso 21 para poner otra pica más en el continente europeo. "Hace tiempo que nos dijeron que Canarias era una de las puertas de acceso de los artistas latinos a Europa. Por afinidades culturales es un camino que nos han recomendado para abordar una conquista que ya lograron muchos latinos. Nos separa un mar muy ancho, pero compartimos valores vitales que Piso 21 quiere atraer hacia su música. No vamos ciegos. Ya conté la amistad que nos une con Maikel Delacalle, que aquí es un creador con una alta reputación, y los amigos que tenemos en las redes sociales. Además, hay algo que nos dejamos allí que queremos recuperar en cuanto pisemos Tenerife: las papas arrugadas con mojo. ¡Cosa rica! Estamos deseando que llegue el momento de cantar en La Laguna. Hay lugares en los que te sientes más protegidos, que crees estar como en casa. Canarias es uno de ellos. Es algo a lo que recurren todos los artistas, pero la realidad es que cuando estás allí sientes que es un pedazo más de Colombia", elogia el músico.

Sobre lo que esperan que pase en torno a "La llave", Mejía dice que "es un trabajo en el que las dos partes hemos aportado libertad. Pablo Alborán tiene un sentido especial para la música y Piso 21 ha estado a la altura. Este tema tendrá un enorme recorrido por América Latina y, sin duda, en el territorio español. Es una de esas alianzas que esperas durante un montón de años y que cuando llega no tienes más remedio que confesar que te sientes afortunado", agradece en el tramo final de una charla en la que aflora la unidad que se percibe en el cuarteto. "Es uno de los secretos que nos permite estar aquí en estos momento. Nos conocemos desde hace años y sabemos en qué estamos pensando sin tener que hablar. Todo está por hacer, pero la base es un gran aval y hasta hoy nos ha ido bien. Piso 21 tiene una trayectoria a la que no renuncia, pero su deseo es continuar incorporando nuevos episodios, como el más reciente junto a Pablo Alborán, y otros que vendrán más adelante. Esa unidad es lo que nos hace ser más fuerte. También la ambición de ir a por un nuevo reto. En este mundo no te puede conformar con lo que ya conseguiste, hay que buscar estímulos que justifique que lo que estás haciendo continúa valiendo la pena", concluye Pablo Mejía.