El Centro de Proceso de Datos (CPD) es el “corazón informático” de la Universidad de La Laguna (ULL) y su “nodo central de comunicación”, según han afirmado hoy el vicerrector de Tecnologías de la Información y Desarrollo Digital de la ULL, Francisco de Sande, y el responsable del área de Sistemas, Adrián Hernández.

En un encuentro con periodistas en el que también ha participado el rector de la ULL, Antonio Martinón, tanto de Sande como Hernández han explicado que el CPD es una sala "única" en Canarias que cuenta con particulares medidas de seguridad y que está protegida ante cualquier tipo de catástrofe, por improbables que sean, como incendios o terremotos.

Desde el CPD se gestionan todos los datos de la ULL como nóminas, gestión académica y recursos humanos, y procesa asimismo un “volumen incalculable de datos e información imposible de medir en terabytes” a través de unos ordenadores cuya vida media no suele superar los cinco o seis años.

El CPD, han declarado, cuenta con baterías que se pondrían en funcionamiento si se cae el suministro eléctrico y que permite que los ordenadores puedan seguir “alimentados” y que circule el aire acondicionado, imprescindible para que los superordenadores que operan allí estén continuamente refrigerados.

Este centro es de uso exclusivo de la universidad y no se plantean a medio plazo que lo utilicen otras instituciones o empresas, a pesar de que podría suponer una fuente de ingresos económicos.

Esta sala, ha explicado el vicerrector de Sande, ha sido construida “gracias a los errores y experiencias pasadas” ya que anteriormente había una habitación preparada con aire acondicionado en la que solía haber problemas eléctricos, de refrigeración o de cableado.

Para ingresar en el CPD, un lugar desde donde se puede acceder a datos sensibles que almacena la Universidad, es necesario firmar un registro de entrada y salida con el objetivo de mantener un control exhaustivo de las personas que acceden al CPD, aunque se trata de una sala que suele estar cerrada y a la que los técnicos tienen acceso de manera remota salvo que deban hacer cambios manuales como, por ejemplo, mover algún cable.

“La sala debe tener ciertas condiciones térmicas indispensables para su funcionamiento. En el caso de que pueda haber un incendio, se puede aguantar varias horas sin que se propague hacia el exterior o viceversa. Es decir, si hay un incendio fuera se necesitarían tres o cuatro horas para que se traspase a esta zona”, ha asegurado Adrián Hernández.

Hernández también ha añadido que desde esta sale se distribuye la fibra de los proveedores telefónicos y es la ULL la que se encarga de distribuirla por todos sus centros y asegurarse de que tanto la red WI-FI como la telefonía funciona correctamente.

En el caso de que haya un fallo eléctrico y los ordenadores se queden sin tensión eléctrica, las máquinas “se freirían” en menos de 20 minutos porque necesitan estar siempre en funcionamiento.

Por eso, si se va la luz, todo deja de funcionar excepto esta sala, que cuenta con un nivel de calidad de 3 en una escala sobre 4, según ha afirmado de Sande, quien también ha señalado que accederían al máximo nivel si tuviesen dos proveedores diferentes de electricidad, lo que es imposible en Canarias puesto que en el archipiélago hay un único proveedor.

El vicerrector ha agregado que siguen una estricta política de duplicado: hay dobles baterías, doble sistema de detección y extinción de incendio, dobles fuentes de alimentación y dobles discos duros en los ordenadores.

En caso de fallo, hay sistemas automáticos que preservan la información mediante el apagado completo y controlado de los equipos, cuya preservación es “lo más importante”.

Una de las cuestiones que preocupan al vicerrectorado con respecto a la sala es su gestión energética y la reducción del consumo energético de estas instalaciones.

Para ello, han resaltado, en algunos lugares utilizan el calor que producen los CPD para generar calefacción y ha avanzado que estudian implantar técnicas de “free cooling” o “enfriamiento gratuito” para aprovechar “el frío lagunero” y refrigerar los ordenadores, que actualmente necesitan varios equipos de aire acondicionado.

En el CPD también sufren ataques informáticos “constantemente”, pero según de Sande suelen ser “incapaces” de flanquear el sistema de seguridad y los cortafuegos, aunque ha subrayado que este tipo de máquinas son “muy atractivas” para los hackers puesto que las pueden utilizar para “cubrir el rastro” de sus ataques.

Toda la estructura de este Centro de Proceso de Datos ha sido diseñada por ingenieros de la Universidad de La Laguna, una cuestión de la que, según Francisco de Sande, se sienten “muy orgullosos”.

ACABAR CON LOS TRÁMITES EN PAPEL

Actualmente, esta sede electrónica de la Universidad permite realizar mas de 250 trámites que están dirigidos tanto al alumnado, como al profesorado y al personal administrativo.

Asimismo, han remarcado que la mayoría de los documentos que necesitan ser firmados se gestionan a través de esa sede y mediante la implementación de la firma electrónica.

“Antes había carpetas y carpetas con papeles para firmar y eso casi ha desaparecido. Firmo muy poquitas cosas en papel hoy en día”, ha aseverado el rector Antonio Martinón.

“El objetivo es utilizar el menor papel posible”, ha señalado de Sande, quien también ha asegurado que, en paralelo, implementan otro tipo de medidas como la erradicación de las pequeñas impresoras que se encuentran en los despachos.

De Sande ha manifestado que debe evitarse el uso individualizado de las impresoras y han propuesto sustituir las pequeñas impresoras por máquinas situadas en las zonas compartidas de la Universidad y cuyo uso depende de una tarjeta individual asociada a un monedero electrónico cuyo pago cubre el coste de la impresión.