El Cabildo, a través del Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF), ha finalizado las obras de control de la escorrentía en el Barranco de La Ladera, en el municipio de Güímar.

El campo de actuación, que ha contado con una inversión de casi 2 millones de euros, ha sido el cauce de este barranco, conocido también como de Los Zarzales o de Boluga, en el tramo entre la obra de drenaje transversal de la carretera TF-28 y la confluencia con el camino de Los Zarzales.

El objetivo prioritario es la eliminación gradual de los puntos de riesgo por avenidas, además de la reparación del camino que discurre por dicho cauce.

El presidente de la corporación insular, Carlos Alonso, se desplazó este lunes hasta la zona, en compañía del vicepresidente y consejero de cooperación Municipal, Vivienda y Aguas, Aurelio Abreu y el consejero de Aguas, Manuel Martínez.

Fue allí donde dijo que el Consejo Insular de Aguas se ha dedicado, principalmente, a completar buena parte de las actuaciones que había en materia de riesgo de avenidas y que estaban prácticamente en toda la isla.

"Y con estas inversiones se ha ido generando más seguridad en situación de aluviones o de lluvias copiosas", apuntó.

De igual modo, señaló que en los último años se ha destinado esa capacidad de inversión al servicio de mejorar la capacidad de depuración de aguas que tiene Tenerife.

RESOLVER PROBLEMAS DE DEPURACIÓN

En este sentido, hizo alusión a la ejecución de la depuradora del Valle de Güímar "que es una obra muy importante que va a permitir resolver el problema de depuración tanto en el municipio de Arafo como en Güímar y Candelaria".

"Hablamos de una inversión muy potente por parte del Consejo Insular de Aguas que a veces no se ve y que está mejorando el funcionamiento del ciclo del agua en la isla de Tenerife", indicó.

Por otra parte, Carlos Alonso señaló que el municipio de Güímar, igual que el resto de la isla, tiene capacidades para aprovechar como uso turístico su suelo "pero tiene que ser compatible con el uso del cauce, el respeto al barranco sin poner en riesgo la seguridad y atendiendo al marco legal".

En esa línea, recordó que "el Cabildo intentó, a través de una iniciativa legislativa, dar una solución y el Parlamento la rechazó", y ahora se está a la espera de que el ámbito judicial termine de definir cuál es la solución que hay que darle a los barrancos "y el Cabildo colaborará con la justicia".

El consejero insular de Aguas, Manuel Martínez, indicó que con la terminación de esta segunda fase de las obras de recuperación del barranco La Ladera se cumple uno de los objetivos que se habían marcado en esta legislatura.

"Y ello supone que se han cumplido dos objetivos: el de recuperar un barranco y el de mejorar la accesibilidad de la zona. Lo que hemos hecho es reconducir los grandes caudales que había y propiciar que la vía sea lo más estable posible", comentó.

Los trabajos, que se han ejecutado en dos fases, han sido ejecutados por la empresa Ferrovial SA y han durado, en su totalidad, poco más de dos años.

Los trabajos han consistido en la reparación del camino que se desarrolla sobre el cauce, para acabar con los deslizamientos producidos en su plataforma por las lluvias torrenciales.

Se ha devuelto, con ello, al cauce su carácter ante futuros sucesos de escorrentía, lo que permite, al mismo tiempo, que siga desempeñando la función de camino.

CONTENCIÓN DE LOS CAUDALES

La primera fase (740.752,77 euros), que finalizó en septiembre de 2015, se centró en el denominado Camino de La Ladera, que parte de la TF-28 y asciende hacia la cabecera del Valle de Güímar y cuya traza coincide con el cauce de Barranco de La Ladera.

Debido a la carencia de suelo, fue necesario solventar la función viario-peatonal e hidráulica de forma simultánea, mediante la estricta contención de los caudales fluyentes por el mismo durante episodios de lluvias.

Así, se implantó un canal-camino de hormigón armado sobre un cimiento granular, no rocoso, al que en ningún caso pudiera acceder el flujo del agua. Para su sostenimiento se levantaron dos muros de gaviones de gran altura, cimentados sobre bases deformables.

Y en la segunda fase (1.068.474,30 euros), recientemente finalizada, además de la recuperación del camino, se llevaron a cabo obras de prevención, consolidación y reparación de las averías surgidas en el canal de descarga y en la ladera izquierda del dique del barranco de Badajoz en el camino de Los Zarzales.

Todas estas obras se enmarcan en la Línea 375 del Marco Estratégico de Desarrollo Insular (MEDI), sobre Riesgo de Inundaciones, que recoge medidas de drenaje territorial para la reducción de riesgos y la protección de personas y bienes de los efectos de la escorrentía, ya sea concentrada en los cauces o difusa en las laderas.