Empezó el domingo la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, advirtiendo de la posibilidad de modificar los Presupuestos 2018, para castigar al PNV por haber votado a favor de la moción de censura. Y ayer fue el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, quien aseguraba que su partido está decidido a "mejorar" las cuentas del Estado a su paso por el Senado, después de que los nacionalistas vascos rompieran la confianza, provocaran con su voto la caída de Rajoy y dejaran "las manos libres" al PP. También el portavoz popular en el Senado, José Manuel Barreiro, acompañado en rueda de prensa por Javier Arenas, aseguró ayer que su partido presentará enmiendas al Presupuesto, aclarando, eso sí, que no se trata de actuar por "revancha", sino para mejorar las cuentas en beneficio de la ciudadanía.

Han pasado apenas un par de días desde que el PP, tras la moción contra Rajoy, garantizara públicamente que no pensaba introducir cambios en el Senado a sus propias cuentas de este año, aprobadas en el Congreso. Está bien acusar a los demás de contradicción, pero ayer mismo decidió el PP retrasar una semana el inicio del debate presupuestario en el Senado, para poder preparar las enmiendas, en las que -lo ha dicho el propio Barreiro- se sienten liberados de cumplir con los acuerdos suscritos con las fuerzas políticas que después rompieron esos pactos, al apoyar la moción de censura. Le faltó señalar con el dedo: al PNV, que había sacado 540 millones en la negociación presupuestaria; después a Nueva Canarias, que consiguió el descuento a la residencia en los vuelos con la Península, y también a Coalición Canaria, que no votó contra Rajoy, pero se abstuvo a última hora después de haber dicho que apoyaría la continuidad del expresidente.

La posición del PP en estos asuntos puede acabar coincidiendo con la de los cinco partidos -Podemos, Compromís, Esquerra, PdeCat y Bildu- que el viernes presentaron un veto a los Presupuestos, alegando, entre otras razones, que había que impedir el provecho de los "partidos mercenarios que venden su voto a cambio de inversiones territoriales". Entre pitos y flautas, y solo con las partidas negociadas con el PNV y los dos grupos nacionalistas canarios, estamos hablando de más de 2.500 millones de euros, una pasta gansa, que el PP podría proponer que se dediquen a pensiones, a luchar contra la pobreza, a combatir la desigualdad y a otros asuntos socialmente sensibles, ante los que la izquierda lo tendría difícil para oponerse?

En realidad es difícil que esa decisión del PP sirva para algo más que para destapar las contradicciones entre la tropa que ha llevado a Sánchez al Gobierno. Se trata de una gamberrada, que más que beneficiar al PP o al país, castiga a los "traidores". Al PP parece no importarle la contradicción que supone votar contra sus propios presupuestos? porque de lo que se trata es de venganza. Y eso son palabras mayores. Aquí todo el mundo que lleve algún tiempo en política tiene algo de lo que vengarse: hasta Asier Antona ha dejado caer su puntilla, recordándonos que Fernando Clavijo también puede ser tumbado por una moción de censura como la que se ha llevado por delante a Rajoy, esta vez apoyada por el PP, junto al PSOE, Podemos y Nueva Canarias. Visto lo visto con Pedro Sánchez, si yo fuera Ángel Víctor Torres, ya estaría presentando a Loli Corujo, por si sale. Antes de que se le adelante cualquier gamberro.