En nuestra seguridad influye la cautela, la suerte y, cada vez más, la tecnología. El grupo CriptULL, de la Universidad de La Laguna (ULL), nació a finales de los años 90 en la facultad de Matemáticas y desde entonces ha llevado a cabo numerosas investigaciones que confluyen en un mismo objetivo: hacernos menos vulnerables. Sus integrantes ahora están inmersos en varios proyectos nacionales y a través de uno han diseñado aplicaciones que mejoran sustancialmente la seguridad de las víctimas de violencia de género, ayudan a detectar incendios o localizan a senderistas que se han perdido y pueden estar heridos. Los drones, los robots y las aplicaciones ya están haciendo nuestras vidas más seguras, pero tienen mucho camino por delante y no hay área del conocimiento en la que no vayan a tener algo que decir.

La catedrática de Matemáticas y directora del grupo, Pino Caballero, explica que su filosofía y la de su equipo es hacer investigación al mismo tiempo que resuelven un problema. "Al principio hacíamos investigación pura y dura, pero nos fuimos dando cuenta, a través de las colaboraciones, de que era mucho más útil hacer investigación enfocada a la sociedad". Ese propósito es más que una declaración de intenciones. Hace cuatro años empezaron un proyecto nacional -Atlas- en el que participa una empresa y al menos una universidad. Se unieron a Nokia, que entonces estaba interesada en demostrar el potencial de la tecnología móvil 4G, y empezaron a desarrollar opciones para proteger a personas en determinadas situaciones usando tecnología LTE (Long Term Evolution).

Entre otras propuestas, plantearon una aplicación que puede sustituir la que utilizan las actuales pulseras de control a maltratadores. El modelo en vigor es un sistema de localización GPS, pero "se pierde la cobertura cuando falla el satélite o en interiores". Además, las pulseras están diseñadas para controlar "al maltratador con respecto a zonas donde se supone que la víctima va a estar", lo que deja un margen de error muy amplio.

Para paliar estos déficits, CriptULL ha diseñado una aplicación en la que tanto el agresor como la víctima deben tener sistemas de localización. La herramienta combina la precisión que da el satélite con los datos que proporciona la red wifi y (a medida que la distancia se acorta) el Bluetooth. Cuando están "demasiado cerca" se pone en funcionamiento un streaming de alta calidad que también ha desarrollado el grupo y que "retransmite en directo todo lo que ocurre a la policía, al mismo tiempo que se avisa a contactos cercanos".

Esta investigación prueba que la tecnología ya salva vidas, pero, también, que, con apoyo, tiene mucho que ofrecernos aún.

Pino Caballero

catedrática de matemáticas y directora de criptull