La periodista Ana Martínez ha entrevistado durante meses al fiscal del caso Nóos para escribir "Pedro Horrach, el fiscal que puso en jaque a la corrupción" y llega a la conclusión de que "si él no estuviera, nunca Iñaki Urdangarin se hubiera sentado en el banquillo de los acusados".

La obra escrita por la corresponsal de Antena 3 en Baleares recoge la versión de Horrach sobre la investigación del histórico caso que sentó ante un tribunal no solo al yerno sino también a la hermana del Rey, a pesar de que el fiscal mantuvo desde el principio hasta el final que no apreciaba la comisión de ningún delito por parte de la infanta Cristina.

El libro no cuenta solo el caso con el que Horrach pondría punto final a su carrera como fiscal, sino toda su trayectoria de implacable perseguidor de la corrupción. Relata su trabajo infatigable y el sistema pionero creado para acorralar a los corruptos, que le llevó a acompañar a una alto cargo a desenterrar de su jardín una lata de Cola-Cao con dinero hurtado a las arcas públicas y a impedir que un investigado se hiciera con una trituradora para destruir documentación justo antes de ser detenido.

- Pregunta: ¿Por qué merece un libro Pedro Horrach?

- Respuesta: Pedro es una figura muy importante en la lucha contra la corrupción en Baleares y a nivel nacional. Durante todos estos años ha hecho un trabajo muy importante, que se ha visto reducido y puesto en entredicho sobre todo por sus últimas actuaciones respecto a la infanta Cristina. Muchos le tacharon de abogado defensor de la infanta y no entendieron la postura que mantuvo y parece que su nombre haya quedado manchado por esa actuación y que no se tenga en cuenta todo lo que ha hecho antes. Era importante que pudiera explicarse. Necesitaba un espacio para contar de forma calmada y pausada su historia, su versión y cómo lo ha vivido.

- P: Las críticas le llovieron desde que rechazó la imputación de la infanta, ¿se arrepiente?

- R: Está muy orgulloso de su actuación respecto a la infanta y sigue defendiendo, como hizo desde el primer día hasta el último, que no cometió delito. Él sí que ve diferencia de actuación respecto al juez y las otras partes, cuenta cómo cambiaron las cosas y cómo, según él, la presión mediática hizo que el juez y otros actores sí que cambiaran su versión respecto a la infanta. Quizá, de la única cosa que podría arrepentirse o pensar que no lo ha hecho del todo bien es del enfrentamiento que hubo, público y mediático, con el juez Castro. La imagen que se transmitió es con lo que menos de acuerdo está.

- P.- ¿Este libro es un desagravio para Horrach?

- R.- Criticaron que salía mucho en los medios y él no lo hacía por querer fama, de hecho es tímido y le cuesta hablar, pero estaba tan convencido de su postura respecto a la infanta que quería explicarse y que le entendieran. Se sentía impotente porque la gente no entendiera su postura y por eso intentó explicarla tanto.

- P.- ¿Cree que fue maltratado?

- R.- Creo que no se ha valorado y no se ha tenido en cuenta todo el trabajo que ha hecho en Baleares contra la corrupción. Sin el trabajo de Pedro Horrach no se hubiesen destapado muchos casos de corrupción. Ha sido imprescindible para destapar el caso Palma Arena y el caso Nóos también. Si él no estuviera, nunca Iñaki Urdangarin se hubiera sentado en el banquillo de los acusados. Algunas actuaciones pueden parecer polémicas, pero me parece injusto que toda su trayectoria quede oculta tras esas polémicas porque realmente su trabajo ha sido imprescindible, necesario y creo que muy bueno.

- P.- ¿Qué es lo más relevante de su trayectoria?

- R.- Destacaría la forma de trabajar que inició Pedro Horrach en la Fiscalía, muy importante para haber destapado todos los casos en conjunto con la Policía y la Guardia Civil, desde el primer momento al último. Es algo que habitualmente no sucedía y hace que ese engranaje funcione muy bien. Durante una época les llamaron "los intocables" por todo ese trabajo intenso que realizaron, de muchísimas horas sin descanso, que funcionó y funcionaría en otras muchas comunidades. Los casos han salido en Baleares porque aquí había un buen equipo que trabajó para destaparlos. Destaparon tantos que la gente empezó a confiar en ellos y les remitía denuncias anónimas.

- P.- ¿Qué papel juegan las confesiones?

- R.- El fiscal es un defensor de los pactos porque igual puedes ver muy claro un delito, pero si no tienes pruebas no vas a llegar a ningún sitio. A veces esa prueba solo te la puede dar la confesión de alguien. Él exige para los pactos que también se aporten pruebas. Como en el caso de (el expresidente de Baleares y exministro) Jaume Matas, que confiesa el caso Son Espases y no sirve de nada porque no aporta pruebas de que Álvaro Lapuerta, que es a quien él apunta directamente, o Javier Arenas, le habían dado la orden de amañar ese concurso. El fiscal ese pacto no lo da por bueno. Cuenta que estuvo a punto de firmar un pacto con Matas, confesando el amaño, para reducir sus penas, no señalando a nadie de arriba, pero al final quedó roto.

- P.- Parece que la impunidad de los corruptos era descarada en Baleares.

- R.- Cuando me empezó a contar los casos más burdos, yo estaba sorprendidísima, no me lo podía creer. Era tan fácil, sin ningún tipo de control... y así funcionaban, la gente lo sabía y nadie decía nada. Por ejemplo, en el caso Funeraria, el gerente de la empresa funeraria incluso añadía ceros a las facturas, pero había alguien que le aprobaba esos tickets. Había un entramado en el que no pasaba nada y todo el mundo hacía lo que quería. Eso me sorprendió mucho.

- P.- ¿Le ha contado todo o cree que se ha guardado secretos en el cajón?

- R.- Es prudente, pero mi impresión es que ha hablado sin tapujos. Creo que no ha tenido problema en contarlo todo.