Poco después de las 20:00 horas. Jueves 14 de junio y la batucada de la comparsa decana del Carnaval, Los Rumberos, hace latir la casa de interpretación de la Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 1980 de la capital tinerfeña. Unos sesenta y cinco representantes de las mejores y principales agencias de viajes de la Península, así como agentes especializados en incentivos y congresos, comienzan en Tenerife una visita para conocer los atractivos de la Isla como destino turístico.

Como ocurre desde hace ya tres años, bajo la marca Meeting in Santa Cruz, la Sociedad de Desarrollo de la capital abandera la promoción de la capital, con la colaboración de Turismo de Tenerife, Institución Ferial y Ashotel. Así, la primera jornada de trabajo de los touroperadores comienza en la capital, desvelando una pieza exclusiva en el patrimonio municipal en el último año y medio: la Casa de Interpretación del Carnaval. Para el responsable de la Sociedad de Desarrollo, Alfonso Cabello, el objetivo es que los responsables de vender luego los paquetes promocionales de Santa Cruz los disfruten en primera persona, que los valoren y que sepan qué oferta la ciudad al turismo de congresos, el más que gasta. Frente a la media diaria del visitante, que desembolsa entre 42 y 50 euros, este turista gasta al día entre 68 y 75 euros.

Entre los participantes en la visita, representantes de las 36 agencias de viajes más importantes del país, especializadas algunas en convenciones y congresos; y también la División del Grupo de Negocios de Viajes El Corte Inglés, destaca el concejal Alfonso Cabello.

Con la responsabilidad de contentar a estos visitantes de lujo, el personal de la Casa del Carnaval, bajo la coordinación de Diana Vázquez, agasajó a los touroperadores y, para que sintieran el Carnaval de febrero en pleno junio, dividieron la comitiva en dos grupos de treinta. Frente al hall de la reina del Carnaval, la propia protagonista, Laura Lourido, acompañada por dos de las cuatro damas de honor. El personal de la Casa, ante el traje y la reina, deslumbró con detalles de la fantasía, como 300 kilos de peso en plumas, lentejuelas, pedrería... Se dispararon los flashes. Todos querían una foto con la reina, que posaba junto a su fantasía.

Desde ahí, paso a la galería donde está representado el ayer (con reinas de 1979 y 1982) y el hoy, con los ganadores de la última edición. La joya, el área de maquillaje, donde los touroperadores paladearon la sensación de maquillaje o disfrazarse al ritmo de la batucada de Rumberos. Otra joya: en sus filas, el hijo del fundador de la modalidad en Canarias. Su padre, Manolo Monzón, con reconocimiento propio en la vitrina; su hijo, Juanjo Monzón, haciendo grande un Carnaval que se cuenta, pero se disfruta más.