La Guardia Civil ha desmantelado una organización criminal altamente especializada que en apenas un minuto robaba coches de lujo a la luz del día y en plena calle, sobre todo en la Comunidad de Madrid, para luego desmontarlos y vender sus piezas en el mercado negro en España, Polonia y Bulgaria.

El golpe a esta red ha supuesto la detención de doce personas de diversas nacionalidades, desde española, palestina, búlgaro, polaca hasta colombiana y marroquí, si bien la organización estaba liderada por un hombre rumano.

"No se implicaba, buscaba colaboradores, ordenaba los robos y daba la salida a las piezas", ha explicado el teniente coronel Benito Monzón, jefe del sector de Tráfico de Madrid, quien junto con el coronel jefe de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, han dado cuenta de los detalles de la operación Estribo.

Mercedes, BMW o el Porche Panamera, por encima de los 100.000 euros, han sido algunos de los vehículos sustraídos en solo un minuto o minuto y medio porque esta organización contaba con dispositivos electrónicos que, tras abrir con una ganzúa la puerta, conseguían arrancar en 45 segundos el coche.

Talleres de la propia organización y otros que trabajaban con ella por encargo eran los receptores de las piezas, el fin último del robo, ya que según ha dejado claro Monzón, a esta organización no le interesaba el coche sino algunas de sus piezas.

Fue en marzo cuando el Grupo de Investigación y Análisis del Sector de Tráfico de Madrid detectó que había un aumento significativo de robos de vehículos en la Comunidad de Madrid mediante la utilización de tecnología avanzada y métodos altamente especializados.

Las pesquisas condujeron a los agentes hasta una finca situada en el municipio madrileño de El Álamo, donde los agentes encontraron cinco vehículos de alta gama que estaban siendo despiezados y que figuraban como sustraídos.

Allí, la Guardia Civil detuvo a dos personas de nacionalidad española y continuó la investigación para desenmarañar un "jerarquizado" entramado delincuencial que utilizaba un total de cuatro naves y fincas cuidadosamente seleccionadas y equipadas.

En las referidas naves se llevaban a cabo las distintas fases de la actividad delictiva, tales como la ocultación de los vehículos robados, el despiece, y ensamblaje y "maquillaje" de las piezas, donde fueron detenidos las otras diez personas.

Uno de ellos se encargaba incluso de realizar estafas a las compañías aseguradoras sobre supuestos siniestros de vehículos.

Según han destacado los responsables de la operación, los arrestad, todos los arrestados tenían conocimientos especializados en el uso de maquinaria, mecánica y electrónica, "gran talento y pericia" en la manipulación de odómetros, troquelado de bastidores, falsificación de números de serie, apertura digital y arranque de vehículos.

La Guardia Civil ha contabilizado hasta el momento millones de piezas de más de 60 coches de alta gama prácticamente desguazados en fincas y desguaces en El Álamo, Navalcarnero, San Lorenzo del Escorial y Yuncos (Toledo) y material electrónico para cometer los ilícitos cuyo valor supera el millón y medio de euros.

Monzón ha detallado que la organización tenía dos vías para dar salida a las piezas. Por un lado, trabajan por encargo "a la carta" en el robo de un determinado coche y, de otro, vendían determinadas piezas a talleres ilegales, algunos de ellos que ellos mismos regentaban.