Se está repitiendo la historia, no hemos aprendido, volvemos a tropezar en la misma piedra; la indolencia de los que han tenido y tienen responsabilidades públicas en la gestión de las infraestructuras ha propiciado nuevamente que Tenerife esté inmovilizada, parada por la mañana, por la tarde, por la noche, a todas horas, con falta de cohesión territorial, caos viario y colapso circulatorio diario. Las repercusiones dañinas son cuantiosas, tanto personales como económicas y ha propiciado que la ciudadanía por primera vez en décadas, exija mayoritariamente la ejecución de las obras de carreteras prometidas, anheladas y nunca empezadas. Brian Tracy recomendaba que "nunca hay tiempo suficiente para hacer todo, pero siempre hay tiempo suficiente para hacer las cosas más importantes", aquí, ni una cosa ni otra, sencillamente nada.

El consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias está centrado como un trompo en su isla, no ve más allá, ni tampoco pone interés, humanamente puede ser comprensible, responsablemente cuestionable, no le preocupa sino la carretera de la Aldea, la tercera pista del aeropuerto de Gando, la ampliación del puerto de Agaete y cualquier otra obra de Gran Canaria, son sus únicas prioridades, todo lo demás es secundario y si se refiere a Tenerife total desinterés. La Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, es decir, de todas las Islas, ha aprobado el proyecto modificado y revisado de la segunda fase de la nueva carretera de La Aldea, entre El Risco y Agaete. El propio consejero también ha declarado la necesidad urgente de ocupación de los bienes y derechos afectados por la ejecución del proyecto. Esta obra tendrá ocho túneles y dos viaductos. Tiene todos los parabienes y urgencias necesarias, en cambio, el cierre del anillo insular en Tenerife cuenta con todos los inconvenientes habidos y por haber, incluso no tiene ni la actualización del proyecto para su terminación, el plazo para su entrega era a finales del mes de junio, faltan pocos días. También asegura que Gando se acerca al límite y exige la tercera pista porque dice que padece problemas de congestión a horas concretas y para curarse en salud muy tímidamente pide a AENA que se acuerde de arreglar la terminal del aeropuerto del Sur, nada de la segunda pista, porque para eso ya está trabajando muy esforzadamente por fortalecer el aeropuerto de la isla redonda y no sería conveniente que el aeropuerto Tenerife Sur fuera competencia. La Consejería de Obras Públicas y Transportes, también con una celeridad encomiable, desbloquea la adjudicación de la ampliación del puerto de Agaete ya que, según palabras textuales del Consejero, "es una obra fundamental para el desarrollo del norte de Gran Canaria". En Tenerife el puerto de Fonsalía no es importante para nadie de las distintas administraciones insular ni autonómica. Si en este momento se firmara el Convenio de Carreteras, inmediatamente se comenzarían las obras en Gran Canaria, puesto que ya están preparados los proyectos de varias obras, en cambio en Tenerife, la Consejería es incapaz de tener ni siquiera un solo proyecto. Ya no digamos de otras infraestructuras, como los hospitales del Norte y Sur, que al ritmo que llevan tardarán más en construirse que las pirámides de Egipto.

En Tenerife, ante esta desequilibrada situación, casi todos calladitos, nos quieren tener anestesiados, por lo menos los que tendrían que salir defendiendo la Isla, más que mudos; hace unos años, había una beligerancia y frentismo total entre Cabildo y Consejería por la misma situación que padecemos hoy, agravada encima por el paso del tiempo. Es sorprendente, aún más incomprensible, que desde la Institución insular lo único que se diga, y como pidiendo perdón por decirlo, es "que el Ejecutivo debe ir más rápido, no estamos tan contentos con la velocidad que llevan. Permaneceremos vigilantes". Desde luego, es una actitud de una firmeza que asusta, en la Consejería están temblando, tomando valeriana ante tamaña muestra de firmeza, seguro que con esa presión aquí no se hace una carretera hasta que termine el siglo XXI, pero mientras tanto se presentan planes de movilidad en colores y con fuegos artificiales. Martín Luther King ya nos prevenía contra los engañadores "una mentira no puede vivir".

Bueno, ahora saldrán los puristas, los de siempre, los conocidos, a los que se les llena la boca hablando de Canarias como unidad indestructible, diciendo que lo que decimos es puro insularismo, se escandalizarán, se rasgarán las vestiduras, pero cuidado, que si se rascan mucho se les ve el color amarillo o el querer agradar para cosechar algún pírrico beneficio electoral. La realidad se ve, no se puede esconder, las colas existen; las empresarias y empresarios tienen que lidiar diariamente con muchos inconvenientes para mantener y fortalecer sus empresas, estamos dispuestos a aportar, a sumar, para sacar Tenerife adelante, para ejecutar las obras que son imprescindibles. Nadie va a venir de fuera a defender lo nuestro.

*Presidente de Fepeco