Su cara se afila con una sonrisa cada vez que una pregunta "acorrala" al posible futuro secretario de Estado. Falta la confirmación oficial, pero Héctor Gómez Hernández (PSC-PSOE) ya tiene el equipaje hecho. En unos días se ratificará lo que es un secreto a voces. Él, sin evadirse de su prudencia habitual, aguarda acontecimientos y atiende la petición de EL DÍA en una sala de reuniones del Parlamento de Canarias. Cada vez que se cruza con un/a diputado/a, independientemente del color del partido al que representa, el sentido de la pregunta que aflora es el mismo: "¿Cuándo te vas?, ¿ya se confirmó lo tuyo? o ¿adónde te mandan? El dirigente socialista sabe que apura las últimas horas en una institución a la que espera volver cuando cumpla el encargo que ya le ha trasladado Pedro Sánchez. "Estoy a las órdenes de mi partido", subraya en varias fases de una conversación en la que se aborda la moción de censura que descabalgó a Mariano Rajoy, su estrecha vinculación con el actual inquilino del Palacio de la Moncloa, los tres escenarios posibles -pasado, presente y futuro- que siguen condicionando el pulso político del Partido Socialista Canario, el pacto roto con Coalición Canaria y el rol que jugará en la reconstrucción de un partido al que la sentencia del caso Gürtel alteró sus biorritmos.

La primera pregunta es obvia: ¿cómo está lo suyo?

Digamos que ya me he habituado a todo tipo de rumorologías... Yo estoy centrado en mis cometidos dentro del Comité Federal del PSOE y en el Parlamento de Canarias. Obviamente no hace falta que le confirme que estoy a disposición del partido, del presidente y de las personas que en estos momentos toman decisiones.

Sí, pero cuando el río suena, agua lleva... ¿Y su nombre lleva unos cuantos días sonando en todas las posibles "quinielas"?

El día que Pedro Sánchez presentó la moción de censura también indicó los tres movimientos que iba a dar: explicó el sentido de esa decisión, habló de una etapa en la que iba a defender las cuestiones sociales y no ocultó en ningún momento que todo este proceso estaría encadenado con unas elecciones. En poco tiempo creó un gobierno capaz e ilusionante -la entrevista se cerró antes de la dimisión de Màxim Huerta- atendiendo a la capacidad y a los méritos de sus integrantes.

Si es una cuestión de méritos, usted ha acumulado unos cuantos en los últimos meses, ¿no?

Trabajar en el Comité Federal me permitió estar cerca de compañeros como Carmen Calvo (vicepresidenta del Gobierno y ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad) o José Luis Ábalos (ministro de Fomento), pero también posibilitó que yo viviera en primera persona un ciclo de inestabilidad política nacional que se pudo verificar en las dificultades que tuvo el gobierno de Rajoy para aprobar los PGE. Las tres últimas semanas han sido apasionantes e intensas. El PSOE optó por esperar para ver cuál era la respuesta del PP después de la sentencia del caso Gürtel, pero sus explicaciones fueron insuficientes. Sabíamos que esta moción de censura tenía un componente histórico importante -con anterioridad fracasaron las que pusieron contra las cuerdas a Adolfo Suárez (1980), Felipe González (1987) y Mariano Rajoy (2017)-, pero estábamos convencidos de que, a pesar de tener un número de apoyos insuficientes y sin preacuerdos con nadie, esta era una ocasión que no podíamos desperdiciar. España ha vuelto a ilusionarse. Somos conscientes de las dificultades que conlleva gobernar, pero lo que toca ahora es un periodo de diálogo y, sobre todo, debemos implantar lo antes posible una agenda social. La otra cuestión es secundaria: ¿méritos personales? Yo trabajo para mi partido.

¿Cuándo fue consciente de que a la cuarta iba a ser la vencida?

Hasta el último momento no se sabía qué movimiento iba a realizar el PNV. Incluso se especulaba con una posible dimisión de Rajoy. Si eso hubiera ocurrido, el escenario sería distinto al que hoy conocemos. Muchos criticaron al PSOE por una moción de censura que decían que le daba inestabilidad a España, pero mi pregunta es otra: ¿le dábamos estabilidad a España permitiendo que siguiera gobernando un partido cercado por la corrupción?

Dicen que Héctor Gómez es uno de los hombres de confianza de Pedro Sánchez en Canarias...

(silencio)... Pedro Sánchez tiene mucha confianza en el PSC-PSOE y, además, las expectativas de cara a las próximas elecciones son bastante altas. El hecho de que esté en el Comité Federal es un buen indicador para medir esa confianza, pero insisto en colocar mis intereses personales por detrás de los del partido. También hay otro compañero canario en la Federal que tiene mucho contacto con las personas que en estos momentos dirigen el PSOE. Mentiría si dijera que ese aliento no es una motivación a la hora de plantear cuestiones que forman parte de la agenda diaria de esta organización política, pero la confianza del secretario general no es solo hacía mí sino con todos los socialistas canarios. El PSC-PSOE tiene unas expectativas de cambio que lo convierten en un partido ganador. Estamos ante una gran oportunidad para demostrarle a la ciudadanía que se puede gobernar de otra manera. Sánchez no solo va a cumplir todos los acuerdos que tiene con Canarias, sino que los mejorará. Sobre todo, aquellos que cuentan con un contenido social.

No sé si hablar de la búsqueda de un "mirlo blanco", pero algo se está moviendo en la sala de máquinas del PSC-PSOE. ¿Habrá cambio de cromos en los puestos de liderazgo?

El capital del que dispone el PSC-PSOE es potente y, por lo tanto, las posibilidades son muchas en todas las Islas... En los últimos años se cambiaron las dinámicas y los mecanismos internos para que las decisiones ahora las tomen otros. Más allá de los perfiles nuevos que se vayan sumando, lo que no vamos a hacer es arrinconar a compañeros que todavía pueden aportar sus experiencias y han demostrado su lealtad al partido.

De lo que sí puede presumir este partido socialista es de hacer la colada en público, es decir, de lavar la ropa sucia de puertas hacia fuera aunque eso generara más de una crisis. ¿Pedro Sánchez, por citar un ejemplo significativo, pudo ser devorado por los suyos antes de residir en Moncloa?

No puedo decir lo contrario. Las dinámicas de confrontación internas existieron y eso generó un bloqueo del que costó recuperarnos. El PSOE demostró a sus militantes que la defensa de una línea de trabajo coherente, y con esto no estoy desmereciendo al resto de los candidatos que se presentaron a las primarias, acaba dando sus frutos. Yo no tengo problemas en defender y alejar a Pedro Sánchez del radicalismo con el que algunos compañeros lo asociaron.

¿Lo que sí reconocerá es que vienen días complicados para contentar a catalanes, vascos, canarios...?

Al margen de los apoyos que se han sumado para que Sánchez sea hoy presidente del Gobierno, lo que no va a hacer el PSOE es poner en riesgo la integridad territorial de España. La deriva secesionista que inició Puigdemont saltándose de manera sistemática la Carta Magna no está en nuestra hoja de ruta. Para volver a recuperar la credibilidad internacional se recurrió a los conocimientos y la experiencia de Borrell (ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación), que además de ser un magnífico político, conoce la realidad catalana. El compromiso de Sánchez es con todos los españoles, no con las fuerzas políticas que le dieron respaldo en la moción de censura.

Por los cometidos que ha desarrollado en la Federal, ¿qué análisis se puede hacer de la realidad exterior con respecto a España?

Esa es una pregunta que exige una respuesta larga y sometida a un análisis que nos podría ocupar mucho tiempo y espacio en esta entrevista, pero el contexto internacional experimentó un cambio demasiado brusco con la entrada de Trump en la Casa Blanca. Hoy se ha abandonado el multilateralismo para gobernar a golpe de tuit. Dicen que eso responde a un programa electoral, pero la comunidad internacional está notando este cambio de dinámicas de trabajo. Hay que rescatar los valores diplomáticos y favorecer políticas de contacto en las que los asuntos se resuelven cara a cara. Estados Unidos debe reincorporarse al multilateralismo y no crear tensión -pone como ejemplo el conflicto nuclear con Irán- a golpe de tuits.

Si hacemos algo de caso a las estadísticas, su partido ha pasado del caos a la recuperación en dos semanas. ¿Es curioso cómo cambia el pulso político de un país en tan poco tiempo?

Antes se dio un punto de inflexión el 1 de octubre de 2016, que estuvo vinculado con una situación dura y no deseada, que fue la salida forzada del secretario general. El partido vivió unas primarias muy intensas, pero después de aquel proceso nadie está en disposición de discutir el liderazgo y la posición que tiene Pedro Sánchez en el PSOE. Las encuestas tienen un poder limitado y es cierto lo que usted apunta sobre los picos que hemos atravesado en los últimos meses, pero también es evidente que la política del mano a mano que ha desarrollado el Partido Socialista en los últimos tiempos está dando sus frutos. Algo bueno habremos hecho, ¿no?

Muchos lectores puede que asocien a Héctor Gómez con aquel joven socialista "casi desconocido", si me lo permite, que se sentaba en la mesa en la que se fraguó el pacto entre CC y el PSC, uno de esos hombres de partido de pico y pala que no sé si ya está volando hacia un rol con más protagonismo dentro de la estructura regional de su partido. Vamos, para evitar más rodeos, que si va a cambiar la mina por los despachos.

(sonríe)... Usted lo ha explicado resumidamente y bien. Yo fui uno de los mandatados para buscar un acuerdo de gobierno en Canarias que en diciembre de 2016 saltó por los aires. El Partido Socialista se mostró contrario a algunas dinámicas generadas por la acción de gobierno y salimos del ejecutivo sin más... Soy un hombre de partido y siempre he seguido las órdenes que me transmitieron. Lo hice durante mi etapa en la política social y, de momento, lo sigo haciendo en el Parlamento de Canarias. Lo que pase a partir de mañana ya lo iremos valorando a medida que se desarrollen los acontecimientos (suena como nuevo Secretario de Estado de Comercio) porque tengo claro que mi rol dentro del PSC-PSOE va a depender más de lo que decidan otros que lo que yo quiera conseguir.

La ruptura de las navidades de 2016 se vivió de manera distinta en sus filas. ¿Para unos fue mucho más traumática que para otros?

A todos nos dolió igual (silencio)... Esta legislatura sigue marcada por la inestabilidad: el pacto generó una gran tensión desde el minuto uno -carreteras, sanidad y Fondo de Desarrollo de Canarias- y la desconfianza creció hacia los dos extremos. Yo entiendo que un presidente tiene el derecho de romper una vinculación con la que se siente cómodo, pero más importante es ejercer un liderazgo que puede quedar en cuestión por la acción de otras personas que se mueven en la sombra. Un líder debe tener flexibilidad a la hora de abordar los problemas, capacidad de diálogo e interés en encontrar unos puntos de encuentro, y en una situación de crisis no distinguí ninguno de esos tres parámetros. Canarias está reclamando otras soluciones. Las Islas merecen estabilidad; que se hable menos de pactos y alianzas y más de gestión. Después de diciembre de 2016 hubo otra crisis entre CC y PP, que si entraban o no entraban en el gobierno, y eso es algo que sigue lastrando a este ejecutivo.

¿Le reconforta el hecho de que Fernando Clavijo admita que no todo funcionó mal en la alianza entre CC y PSC-PSOE?

Ni me alegra, ni me disgusta... Me preocupa más el hecho de la oportunidad perdida para liderar de forma conjunta asuntos con un gran calado social para las Islas. Temas muy potentes que se quedaron en el aire y que originaron un enorme contratiempo a toda la ciudadanía. ¡Ya es tarde!

¿Algunos pueden pensar que su pase a la oposición y el ascenso de Pedro Sánchez los colocan en una posición vengativa?

El PSC no quiere venganzas, lo que busca es asumir una posición de responsabilidad con las personas que nos votaron. No asaltaremos el gobierno de CC, pero tampoco vamos a mirar a otro lado. Si captamos inacción o medidas extrañas, las vamos a seguir denunciando con la misma contundencia.

"España debe recuperar su credibilidad exterior"

Gómez critica "la mala praxis" del gobierno del PP a la hora de comunicar al mundo que lo que estaba sucediendo en Cataluña era todo lo contrario de lo que unas voces interesadas estaban denunciando: "España es un país con unos sólidos valores democráticos y no los supieron defender".

"Sánchez ha demostrado que es un líder valiente"

El isorano asegura que el tercer presidente socialista de la España democrática -Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero- ha demostrado que "es un político que sabe defender los asuntos de interés para España. Sánchez no solo ha tenido que resolver crisis internas, sino situaciones que tienen una enorme repercusión para la integridad del país. Su capacidad para afrontar los problemas se vio reflejada esta misma semana con el ofrecimiento de ayuda a los inmigrantes del Aquarius. Eso no es un gesto para la galería; eso es compromiso social que va más allá de su condición de presidente de un país que siempre demostró tener un espíritu solidario, pero que en los últimos tiempos no formaba parte de la agenda política de las personas que tenían que tomar decisiones. Frente al cierre de puertas de otros países, está la apertura que ofreció España".

"El PP es un partido que siempre es necesario"

En la semana que se hará oficial su desembarco en el organigrama del Gobierno de Sánchez, el tinerfeño considera que no está capacitado para dar consejos al PP. "Lo tienen que arreglar ellos", dijo sin volver la cabeza al último gesto de Podemos. "De la misma manera que en el pasado tuvo un comportamiento extraño, en esta moción de censura demostró que tiene un sentido de Estado".