Aunque la economía haya recuperado fuerza y el empleo no deje de crecer, nada ha sido igual después de la crisis, ni en el conjunto de España ni, menos aún, en Canarias. Es sabido que el Archipiélago ha sido una de las regiones que más han sufrido el impacto de la gran recesión, pero hay datos que ayudan a evaluar la magnitud de este efecto. Muchos de ellos se encuentran en el estudio "Oportunidades de empleo y renta en España 2007-2016", elaborado por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que dibuja el "terremoto" social y económico que ha experimentado el país y la Comunidad Autónoma en el último decenio.

Como consecuencia de ese impacto, las condiciones laborales han sufrido en las Islas el mayor deterioro de todo el país. El informe ha analizado la situación del mercado laboral entre esos años teniendo en cuenta aspectos como la proporción de parados de larga y corta duración y de trabajadores indefinidos y temporales, y ha concluido que Canarias ha retrocedido casi 29 puntos desde la situación de partida -establecida para todas las regiones en cien puntos-, una caída ocho puntos superior a la media española.

El estudio revela que, además de recibir uno de los impactos más destacados de la crisis, las condiciones laborales del Archipiélago se han recuperado con mayor lentitud, en la línea de otras comunidades autónomas también muy afectadas por la recesión, como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. Desde 2013 -momento en el que el índice utilizado por la Fundación Ramón Areces y el IVIE se había desplomado en casi 29 puntos- la mejora ha sido de tan solo diez puntos.

El análisis de los investigadores -Carmen Herrero, Antonio Villar y Ángel Solar- también se centra en el modo en que se han alterado las clases sociales y los segmentos de renta por el efecto de la crisis. Así, el grupo de hogares canarios que se encuentran en situación de pobreza ha aumentado un 43%, hasta situarse en el 46% del total, mientras que la clase media-alta se ha recortado casi un 26% y representa solo el 8,7% de los hogares.

Pocos territorios han registrado un trasvase hacia los estratos más desfavorecidos de la escala social como el que se ha producido en el Archipiélago. En Cataluña el segmento de población con menos recursos ha crecido un 51% y el más adinerado ha disminuido un 40%, mientras que en Baleares el incremento de la clase baja ha rozado el 47% y el desplome de la población con más ingresos ha superado el 28%.

El estudio llama la atención sobre la "diversidad de comportamiento" entre comunidades en este aspecto, pero también indica que se detecta un "patrón común" que apunta a un "desplazamiento sustancial de la población desde los grupos con mayores rentas hacia los grupos menos favorecidos". La clase media alta se ha reducido cerca de un 20% en el conjunto de España, en tanto que el segmento de hogares marcados por la pobreza se ha ampliado un 22%. Andalucía, Extremadura, el País Vasco y La Rioja son las regiones donde este "efecto desplazamiento" ha sido menos acusado.