El área deportiva del CD Tenerife tiene claro que deberá apretarse el cinturón a la hora de acometer los refuerzos para el nuevo proyecto. Miguel Concepción ya dejó claro que los puestos perdidos en la clasificación abocaban a una merma de 1,7 millones de euros en el tope salarial. No obstante, insistió el presidente en que se trabaja con LaLiga para mitigar en la medida de lo posible ese golpe.

La respuesta no llegará hasta avanzado el mes de agosto, con lo que Alfonso Serrano y Joseba Etxeberria deberán ceñirse a las primeras cuentas. Estas pasan por reducir esa cantidad. La parte gruesa, que está en torno a 1,1 millones, será fácil de descontar. Eso fue lo que se gastó la entidad insular en los traspasos de Malbasic y Luis Milla. Difícilmente podría afrontarse una operación de este tipo en el verano recién iniciado sin condicionar en exceso el resto de refuerzos.

Quedarían en torno a 600.000 euros por ahorrar, amén de las cantidades consignadas para posibles rescisiones (la de Vitolo es ya segura). El plan pasa por destinar la mayor parte del montante económico previsto para las incorporaciones en la figura de un delantero de garantías. La ficha más alta del curso 17/18 fue la de Samuele Longo, algo que podría repetirse en la siguiente. En cambio, los otros tres fichajes prioritarios tendrán que compensar ese esfuerzo.

Entre el segundo delantero, el lateral izquierdo y el extremo izquierdo, al menos uno deberá ser muy barato. La política de cesiones, aparcada en la época de "vacas gordas" tras el "playoff" de ascenso, podría ser una alternativa en las nuevas circunstancias. Esto conlleva una dificultad, que es la de esperar a una fecha avanzada, cerca del inicio de la Liga, para acceder a futbolistas que harán la pretemporada con sus respectivos equipos. Precisamente a eso responde el hecho de mantener una parte importante de la plantilla para el inicio de la pretemporada , fijada para el 11 de julio.