Hace unos días me vi sorprendido por algo que leía en un medio local: "a final de mes se pondrá en marcha la televisión del Cabildo". Y se informaba, también, de que el coste anual de este artilugio sería de algo más de 500.000 euros.

No tenemos bastante con el despilfarro, en tiempos de escasez, que supone la televisión canaria como para que se incluya a ese despilfarro una televisión del Cabildo. Por si acaso, me aseguré de que no estábamos en fecha de los santos inocentes.

Hemos estado sometidos al malgasto del tiempo (se dice que el tiempo es oro) por parte de nuestro Parlamento canario a consecuencia de los quehaceres de don Guillermo García y de don Santiago Negrín, en cuanto a sus responsabilidades en el "ente". El Parlamento ha pasado unos años sin ejercer su autoridad y competencia de dotar al ente televisivo de los miembros necesarios para completar su consejo de administración. Ha sido ahora, hace unos días, cuando a toda carrera han venido a dotar de un administrador único para evitar que la TVC se viniese a "negro". O sea, dejase de emitir.

¿Tan necesaria era para la Comunidad canaria salvar la señal de dicha televisión? ¿Para qué sirve? ¿Cuál ha sido el cumplimiento de sus objetivos (si los tenía) a lo largo del tiempo? ¿No tiene otras prioridades de gasto la Comunidad canaria? Nuestros representantes políticos en el Parlamento, ante la posibilidad de que la televisión canaria se fuese a negro, sintieron el canguelo y el temblor de piernas porque ello venía suponer, decían, que 180 trabajadores se quedaban sin empleo? 350 familias se verían afectadas? ¿les preocupaba eso, o les preocupaba la bronca que tales futuros desempleados les pudiesen montar?

Si un medio de producción (televisivo, industrial, comercial) no es productivo, no es rentable, lo mejor es proceder a su cancelación y evitar que sea una fuente de despilfarro. Cuando el primer Gobierno de Felipe González comprobó que Altos Hornos de Sagunto era una entidad carente de rentabilidad e imposible de sostener, se tomó la decisión de su cierre con las medidas consecuentes hacia el cuerpo laboral que se quedaba sin empleo. Entiendo que algo así se hubiera debido producir aquí con la TVC. No parece adecuado mantener un muerto viviente. Y, además, al parecer, el Cabildo nos crea otro ente por el que mandar euros al arroyo. ¡Y seguimos contribuyendo a las agencias tributarias!